Actualmente en la Unión Europea hay 101 millones de personas con alguna clase de discapacidad, un 25% de la población mayor de 16 años que se enfrenta diariamente a obstáculos para acceder libremente a asistencia sanitaria, educación, empleo u ocio. Con el objetivo de integrar a las personas con discapacidad en la sociedad se puso en marcha en 2019 la Ley Europea de Accesibilidad (European Accessibility Act, EAA).
Entrará en vigor el 28 de junio de 2025, fecha en la cual todos los productos y servicios incluidos en su ámbito deberán cumplir con los requisitos de accesibilidad establecidos. La normativa incluye por igual al sector público como al sector privado y únicamente las micropymes con menos de 10 empleados están exentas de su cumplimiento. Si bien la Ley Europea de Accesibilidad (EAA) no especifica sanciones concretas por su incumplimiento (en este caso son los Estados Miembros los que deben revisar su legislación nacional) sí que obliga a los países a garantizar medidas eficaces para su cumplimento.
Esta legislación tiene como fin fijar unos estándares de accesibilidad entre los estados miembros de la UE, tratando de garantizar la igualdad de acceso a los bienes y servicios para las personas con discapacidad. La ley se centra en garantizar el acceso igualitario a productos y servicios digitales considerados cruciales para las personas con discapacidad, lo que incluye portales web, dispositivos móviles, equipos de televisión, cajeros automáticos, terminales de pago, máquinas expendedoras, etc.
En este sentido, las empresas deberán avanzar en su adopción. Recientemente TP-Link, multinacional de equipos de red y domótica anunciaba que ha alcanzado el pleno cumplimiento de la Ley Europea de Accesibilidad (EAA), con lo que permite a millones de usuarios con discapacidad gestionar de forma independiente sus vidas digitales. Para ello TP-Link abarca desde el diseño del hardware del producto, la experiencia del usuario, la aplicación, el embalaje, la documentación, la atención al cliente hasta los servicios online.
Por ejemplo, el embalaje del producto incluirá una tarjeta accesible con braille, que proporcionará orientación táctil a la Guía Rápida de Instalación (QIG) ideada para aquellas personas con discapacidad visual. De este modo, podrán leer la guía a través de un lector de pantalla, eliminando barreras durante el proceso de instalación.
Además, la marca indica que colabora con el proveedor Level Access para aprovechar su plataforma de accesibilidad digital y sus más de dos décadas de experiencia para lograr y mantener la adecuación a las normas de accesibilidad. Su plataforma evalúa las características digitales basándose en las mejores prácticas guiadas por un equipo de profesionales de la accesibilidad, entre los que se incluyen personas con discapacidad. La colaboración de TP-Link con las principales empresas de certificación, Bureau Veritas y TÜ V Rheinland, garantiza la validación del cumplimiento de principio a fin, desde las pruebas de hardware hasta la compatibilidad del software con tecnologías de asistencia como los lectores de pantalla.
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