Teléfonica realiza una oferta a PT por su parte de Brasilcel (Telefónica y PT) con el fin de controlar Vivo (Brasil), operador del cual Barsilcel posee un 60%. A la primera no, a la segunda tal vez, a la tercera sí (el 74% de los accionistas aceptan 7.150 millones de euros) y entonces el Gobierno portugués ejerce la acción de oro e impide la venta. La justicia europea interviene pero su veredicto no tiene retroactividad. El ultimo plazo de paciencia dado por la española, venció el 16 de julio y el operador nacional anuncia medidas.
Lo que ocurre es que si interviene el tribunal de Arbitraje de La Haya y se inicia el largo camino de los juzgados, la operación se puede dilatar en exceso, algo que no conviene a ninguno de los actores puesto que el emergente y pujante mercado brasileño espera y no podría soportar un parón en el ámbito de las telecomunicaciones; ya que tiene citas internacionales de primera magnitud a la vista.
Las últimas noticias apuntan a que tanto el Gobierno portugués como PT podrían pedirle a Telefónica que retome la conversación (no hay que olvidar la voluntad de los accionistas) y ésta, se hará de rogar pero, cabe suponer que cederá.
Si nos equivocamos o no, será algo que podremos analizar en los próximos días, mientras, el trabajo está en manos de los especuladores (de Bolsa, por supuesto).