El gasto medio de los hogares en servicios de telecomunicaciones descendió ligeramente durante 2024, según revela el último Panel de Hogares de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
La reducción, aunque moderada, confirma una tendencia de estabilización de precios en un contexto de amplia cobertura móvil, consolidación de la banda ancha y reconfiguración del consumo en los hogares.
Los paquetes convergentes, que agrupan varios servicios bajo una misma factura, mantuvieron su papel predominante en el mercado residencial. A finales de 2024, el precio medio del paquete cuádruple —telefonía fija, telefonía móvil, banda ancha fija y móvil— se situó en 40,3 euros al mes. Esto representa un descenso de 2,7 euros respecto a diciembre de 2023. Por su parte, el paquete quíntuple —que añade televisión de pago— costó 77,4 euros mensuales, lo que supone una bajada de 2,4 euros.
Estos precios se calculan a partir de los datos de facturación real de los hogares e incluyen los impuestos indirectos, lo que permite una aproximación precisa a la evolución del gasto efectivo en telecomunicaciones. Si bien las bajadas no son abruptas, sí reflejan el esfuerzo del sector por mantener precios competitivos en un entorno de inflación generalizada.
La telefonía fija sigue en declive
En cuanto a la disponibilidad de servicios, el uso de la telefonía fija continúa en retroceso. Solo el 66,2% de los hogares españoles mantenía una línea fija operativa a finales de 2024. Esta caída confirma una tendencia sostenida desde hace años, impulsada por la preferencia de los consumidores por la movilidad y la flexibilidad de los servicios móviles.
Por el contrario, la telefonía móvil mostró una penetración prácticamente universal: el 99,5% de los hogares contaba con al menos una línea móvil activa. Esta cifra evidencia la consolidación del móvil como canal principal de comunicación, pero también su papel como puerta de entrada al acceso digital.
Acceso a internet y redes móviles
Entre los usuarios con línea móvil, un 88% accedió a Internet a través de la banda ancha móvil contratada con su proveedor habitual. Solo un 26,7% recurrió, al menos ocasionalmente, a redes Wi-Fi públicas. Este dato subraya la centralidad de las conexiones privadas para el uso diario de internet y sugiere una confianza creciente en las redes móviles de pago frente a alternativas abiertas o compartidas.
Asimismo, la experiencia de uso también muestra resultados positivos. Un 66,9% de los usuarios manifestó estar satisfecho con la cobertura móvil, y un 65,6%, con la velocidad del servicio. Estos datos reflejan un alto nivel de conformidad con las prestaciones técnicas ofrecidas por los operadores móviles.
Un tercio de los encuestados asegura no haber tenido ningún problema de cobertura en los seis meses previos
Además, un tercio de los encuestados (31,3%) aseguró no haber tenido ningún problema de cobertura en los seis meses previos, lo que puede interpretarse como un indicador indirecto de mejora en el despliegue de redes y en la calidad del servicio en movilidad.
Por su parte, la banda ancha fija —a través de cable o red Wi-Fi— mantiene un buen nivel de aceptación, con un 68,7% de usuarios satisfechos con la velocidad. Aunque la cifra supera ligeramente la valoración de la banda ancha móvil, apunta a la persistencia de ciertas limitaciones técnicas en algunos entornos domésticos, como la congestión de red o las interferencias.
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