Un informe de la Organización de las Naciones Unidas indica que a penas se recicla un tercio de la chatarra de los 28 países de la UE, el resto cae en redes ilegales que se deshacen de ella de la manera más perjudicial para el medio ambiente o simplemente va a parar a la basura común.
Los ciudadanos de la Unión Europea no están reciclando suficiente basura electrónica como deberían. Eso ha determinado un estudio de la Organización de Naciones Unidas y la Interpol que indica que solo se trata un tercio de la basura mientas que el resto, unas 6,2 millones de toneladas al año (datos del 2012) se recicla mal, se envía al extranjero o simplemente se tira.
Según el informe presentado el domingo, el crimen organizado estaría involucrado en las cadenas ilegales de suministros de algunos países. Estos prometen deshacerse de la basura por menos dinero, finalmente dañando el ecosistema.
Con estas acciones los procesadores legales de basura estarían perdiendo entre 800 y 1700 millones de euros. Como es lógico, detrás de los canales oficiales hay una serie de gastos que pagar asociados al reciclado y a la extracción de materiales, debido a que en muchos casos estos costes son significativos, esto hace que se produzca la recolección ilegal.
Un detalle importante es que el volumen de productos electrónicos desechados que son mal gestionados en Europa es hasta diez veces superior al de la basura electrónica exportada fuera de las fronteras de la UE. El informe indica que solo el 35% de productos convertidos en basura electrónica formó parte del sistema oficial de recolección y reciclado, el resto, 6.2 toneladas, se exportó o se tiró a la basura.
Un 30% de los miembros de la UE no ha puesto en marcha la normativa para enfrentarse a este problema que ocasionó en los últimos dos años 4.7 millones de toneladas mal gestionadas o traficadas dentro de la UE.
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