La decisión de Vodafone de vender en España, en exclusiva hasta el mes de julio, el Google Nexus One sorprende tanto porque evidencia el error de la compañía americana en su planteamiento de comercialización del teléfono, como por el recuento de móviles de éxito que Vodafone ha presentado en los últimos seis meses.
Y es que para las compañías telefónicas sólo existen dos politicas a la hora de enfrentarse al mercado de la movilidad; la de subvencionar el terminal o la de subvencionar al cliente; es decir, atraer a los usuarios ofreciéndoles teléfonos nuevos, de última generación, que acaparan las noticias y son publicitariamente rentables o móviles baratos pero con buen rendimiento, tecnológicamente suficientes y que les permiten bajar los precios del consumo.
En busca del terminal
La primera táctica la explotó Telefónica durante mucho tiempo,
con un discurso reiterado en el que se aseguraba que "Telefónica quería ofrecer a sus clientes los mejores teléfonos que salían al mercado"; pero poco a poco se acabó la política de las exclusivas y detrás la de los grandes lanzamientos. De hecho, desde la salida del N86 y de 'apropiarse' de un servicio como Comes with Music de Nokia, que nunca ha explotado, el silencio ha sido casi escalofriante.
El relevo lo tomó Vodafone, compañía que en su porfolio dispone, ahora mismo, de TODOS los teléfonos que tecnológicamente destacan o son de alguna manera representativos. Y por si le faltaba algún capricho, se sabe que venderá el iPad de Apple (lo han anunciado todos los operadores) y, a todas luces, el iPhone4G; ya que la exclusiva con Telefónica llegó a su fin hace meses y no se ha renovado; por tanto, lo podríamos encontrar en el catálogo de todos los operadores.
La guinda de la tarta 'roja' lo pone el anuncio de que renovará los terminales a todos sus clientes cada año. Y decimos a todos porque a los 100 puntos necesarios para acceder a los 10 primeros móviles de la tabla que acompaña la oferta se llega con suma facilidad.
Mejor el precio
Sin embargo, Telefónica parece cambiar de estrategia (lo confirmaremos dentro de unos días) y consciente de que las tarifas planas han aumentado el consumo de voz y datos y de que ahora mismo lo más rentable es poblar la Red (que la gente use una infraestructura costosa de implementar, mantener y mejorar), va a optar por rebajar la inversión en teléfonos, de hecho vuelve la marca blanca, y a subvencionar el consumo con móviles baratos asociados a tarifas nunca soñadas.
Por su parte, Orange ya ha presentado un par de teléfonos 'low cost' y centra el fiel de la balanza entre las dos políticas.
En cuanto a Yoigo, su estrategia es ya histórica, mínimos gastos, precios más bajos.
Popularizar el acceso a Internet es politica general entre fabricantes y operadores; de hecho 'es el momento' porque en cuanto las redes ofrezcan alta velocidad de forma generalizada (HSPA o LTE) los clientes deberán estar educados y haberse sumado al mundo de los datos en movilidad. Sólo de esta forma compensará la inversión en la subasta de las nuevas frecuencias, si toda la población (en España la penetración supera el número de habitantes) se 'sube' a la Red y realiza un uso masivo de la misma.
Que la revolución tarifaria es necesaria, es algo que venimos proclamando hace tiempo. Ahora hace falta saber si va a llegar, si va a ser real, si va a ocurrir pronto y si los usuarios van a hacer sus apuestas.
Si (
No(
