En el mes de abril saltaba la libre con la compra de un 9,2% de las acciones de Twitter por parte del multimillonario Elon Musk. Durante todo el mes el cofundador de Tesla y SpaceX mostraba su interés en ampliar su poder y a finales de ese mismo mes lanzaba una OPA para hacerse con la compañía por 44.000 millones de dólares, un dinero que pretendía sacar de acciones de Tesla, de su efectivo y de préstamos bancarios.
Pese a ello, desde el día de la compra, el hombre más rico del mundo empezaba a dudar sobre las cifras ofrecidas por la red social, poniendo el foco en el número real de usuarios y de bots. A principios de julio y tras quejas de varios accionistas de Twitter, Musk decide paralizar y cancelar la compra alegando que la plataforma está “incumpliendo material de múltiples disposiciones de este acuerdo” y que ha hecho declaraciones “falsas y engañosas” durante las negociaciones.
Esta decisión provoca el enfado de los directivos de Twitter que aseguran que Musk ha estado jugando con la compañía y provocando importantes alteraciones en el valor de las acciones de la red social con caídas que han llegado a ser del 40%, aunque en los últimos seis meses la balanza es positiva (ha crecido un 6,33%, hasta los 39,64 dólares en el momento de publicación de estas líneas).
Elon Musk declara la guerra a Twitter tras paralizar su compra por 44.000 millones
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Esto ha llevado a que Twitter llevase la decisión de Musk a los tribunales e incluso reclamara un juicio rápido que fuerce al multimillonario a cumplir con su palabra o indemnizar a la plataforma, poniendo como fecha el mes de septiembre. La respuesta de los abogados de Musk no se hizo esperar, pidiendo justo lo opuesto: que se retrasara el juicio hasta febrero de 2023.
El juez responsable del caso ha señalado que existe un posible “daño irreparable para Twitter” si el caso no se juzgaba rápidamente
En este sentido, los abogados de Musk señalaban que con el juicio en septiembre no tendrían tiempo suficiente para revisar las cifras de cuentas de spam en la red social, mientras que desde Twitter señalaban que acelerar el juicio era necesario para detener el daño continuo que estaba sufriendo por la descalificación de Musk.
Tras revisar las opiniones de ambas partes, el juez responsable del caso ha señalado que existe un posible “daño irreparable para Twitter” si el caso no se juzgaba rápidamente y por tanto fija la fecha de celebración del juicio en el mes de octubre de este año. Ahora la batalla judicial entre ambas partes entra en una fase contrarreloj para preparar argumentos, documentación y opiniones.
Foto: Depositphotos
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