A través de esta operación, la firma 4iG se hace con una participación mayoritaria del 51% de Vodafone Hungría, mientras que el Estado húngaro contará con una participación del 49% restante, para ello ambas partes han pagado un múltiplo de 7,7 veces el EBITDA para el periodo de doce meses que terminó el 31 de marzo de este año.
La adquisición de la filial de Vodafone en Hungría supone una remodelación importante del mercado húngaro de las telecomunicaciones, convirtiendo a 4iG en el segundo mayor operador del país, solo por detrás de Magyar Telekom ofreciendo servicios de voz fija, internet, televisión de pago y radiodifusión digital terrestre sumando 3,8 millones de cliente de Vodafone Hungría, por lo que tras la fusión, 4iG sumará 5 millones de clientes.
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La operación permitirá generar unas sinergias combinas de ingresos, costes y ahorro de capex estimado de más de 150.000 millones de forintos (unos 360 millones de euros).
“El Gobierno húngaro tiene una estrategia clara de crear un campeón nacional propiedad del Estado en el sector de las tecnologías de información y comunicación”, ha asegurado el consejero delegado de Vodafone, Nick Read, quien ha destacado que esta fusión permitirá a la filial tener “un papel clave en el desarrollo y crecimiento futuro del sector como un operador convergente y mucho mejor escalado”.
Se espera que la transacción se cierre a finales de 2022, y está sujeta a la confirmación de las autoridades pertinentes. Una vez completada será la primera gran operación de M&A que Vodafone realiza en Europa, tras los fracasos en Italia y España.
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