La operación, englobada en un amplio proceso de reestructuración del negocio de Vodafone en Europa y que incluye la venta de Vodafone España a Zegona por 5.000 millones y la fusión con Three (CH Hutchison) en Reino Unido, supone el último paso de esta estrategia impulsada por Margherita Della Valle, CEO del Grupo Vodafone, para ajustar las cuentas de la compañía y recuperar la rentabilidad para los inversores.
“En el futuro, nuestros negocios operarán en mercados de telecomunicaciones en crecimiento donde mantenemos posiciones sólidas"
“En el futuro, nuestros negocios operarán en mercados de telecomunicaciones en crecimiento -donde mantenemos posiciones sólidas-, lo que nos permitirá ofrecer un crecimiento previsible y más sólido en Europa”, defiende Della Valle. “A ello se sumará nuestra aceleración en B2B, a medida que sigamos ganando cuota en un mercado de servicios digitales en expansión”, destaca la CEO de Vodafone.
Vodafone Italia arrancó en febrero conversaciones exclusivas con Swisscom para la venta de sus negocios y supondrá crear “un valor significativo” para el operador británico. Con estas operaciones, la de Italia y la de España, el grupo Vodafone ingresará 12.000 millones de euros en efectivo por adelantado, lo que le permitirá devolver 4.000 millones de euros a los accionistas a través de recompra, como parte de una revisión de la asignación de capital.
La operación en Italia
Esta operación valora a Vodafone Italia en un múltiplo de 7,6 veces el EBITDAaL ajustado y proporciona a los británico una salida completa de Italia, donde aseguran que “no era posible alcanzar un ROCE superior al coste de capital” y Vodafone recibirá 8.000 millones de euro en efectivo por adelantado.
Como parte de esta operación, Vodafone y Swisscom han acordado que los ingleses seguirán prestando los servicios del Grupo a Swisscom durante un máximo de cinco años por el que los suizos pagarán unos 350 millones de euros durante el primer año tras la finalización.
Además, ambas partes se abren a explorar una relación comercial más estrecha para permitir la cooperación en diferentes áreas, más allá de Italia, entre las que se encuentran los negocios de IoT, servicios y soluciones empresariales, compras, servicios operativos compartidos y roaming.
La operación, que se espera que se cierre en el primer semestre de 2025, tendrá que recibir el visto bueno de los accionistas de Vodafone y de las autoridades regulatorias, incluido el regulador italiano de competencia.