Según el ente, al existir mayor número de antenas entre fijas y de temporada, los teléfonos móviles tienen más fácil conseguir la cobertura, así que utilizan menos potencia para mantener su conexión, lo que es positivo para nuestra salud porque disminuye la emisión de ondas de radiofrecuencia.
De la misma forma el organismo ha aclarado que según las autoridades nórdicas competentes en la materia de evaluación de riesgos de Dinamarca, Groenlandia, Finlandia, Suecia y Noruega, tras diversos estudios realizados en 2009, se puede afirmar que no hay evidencia científica que certifique los posibles efectos adversos causados a la salud por la intensidad de los campos de radiofrecuencia.