Tras días de incertidumbre, y respetando la hoja de ruta oficial que ONO había marcado públicamente, El Confidencial, confirmó a última hora de la noche de ayer la aprobación de la compra de la compañía por parte del operador británico Vodafone. La operación ha superado, finalmente, los 7.000 millones de euros y se hará efectiva la próxima semana.
La noticia, que parte de los accionistas de ONO, afirma que los fondos de inversión Providence, CCMP, Thomas H. Lee y Quadrangle, con más del 55% de las acciones, además del Banco de Santander y Mutitel, sociedad del fundador de la cablera, Eugenio Galdón, cerraron la crónica de una venta tan anunciada como necesaria para la compañía.
El proceso de la anunciada salida a Bolsa, que parece responder a una cuestión estética por no desmentir lo que la dirección de ONO había afirmado públicamente y se había esforzado por airear en todos los medios de comunicación, quedará finalmente suspendido en aras de una operación de consolidación que se enmarca dentro de las necesidades definidas por las compañías y la Unión Europea en el mercado de las telecomunicaciones.
ONO presentará cuentas en las próximas horas en el que será el último acto oficial como empresa de cable y fibra y Vodafone iniciará una nueva andadura que le permitirá competir con la actual pujanza de Telefónica y su oferta convergente y evitar así la monopolización del mercado español.
Ningún portavoz ha confirmado oficialmente una noticia, pero la han reconocida tácitamente.
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