Después de que Obama convirtiera el ataque a Sony Pictures en practicamernte un asunto de Estados, Corea del Norte se quedó casi sin Internet y Corea del Sur experimentó un hackeo de seguridad importante.
Las guerras ya no requieren drones ni aviones con altas capacidades para impactar en poblaciones. Se ejecutan desde un ordenador para ocasiones perdidas millonarias como la ocasionada por hackers a Sony al revelar documentos de sus trabajadores, convenios, acuerdos y de películas como “La entrevista”.
Ese episodio ha revelado la debilidad de las empresas pero además el daño económico sin precedentes que los ataques cibernéticos pueden ocasionar en la economía mundial. Obama dijo hace menos d euna semana que el gobierno colaboraría en el caso del ataque a Sony, por considerarlo un peligro para Estados Unidos sino se descubre a quienes estuvieron detrás, y justo después de eso, Corea del norte ha comenzado a experimentar cortes en su Internet, que viene prácticamente en su totalidad desde China, un aliado - cuando le interesa- de Estados Unidos.
Aunque Estados Unidos niega cualquier implicación, hackers han reaccionado a este asunto atacando a aliados de Obama, como Corea del Sur, en donde un ciberdelincuente de nombre “President of the anti-nuclear Reactor Group” ha publicado documentación sobre los reactivos surcoreanos, lo que ha motivado que ese país active un simulacro de guerra cibernética.
Sony dijo la semana pasada que no estrenaría la película para frenar los problemas con Corea del Norte, sobre todo porque los hackers le enviaron un simple mensaje: “tendréis vuestro propio 11 de septiembre”. Sin embargo tras el apoyo de Obama, la empresa ha dado a conocer que sí estrenará el título, que ya tiene un 10 d ela crítica hollywoodense.
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