Todos los medios publican la disponibilidad de Netflix en Cuba. Parece un hecho importante y plausible que los cubanos puedan acceder libremente a esta fuente de entretenimiento pero cuando analizas el caso te das cuenta que la posibilidad real de los cubanos de disfrutar este servicio se antoja improbable.
Hace un par de meses Barack Obama, entre otras medidas, permitía a los servicios de telecomunicaciones y entretenimiento operar en la isla vecina. Es debido a esto que el servicio de series y películas en streaming Netflix ya se puede utilizar en Cuba.
El comunicado oficial de la plataforma dice que el servicio "estará disponible para los consumidores cubanos a medida que mejore el acceso a internet y crezca la disponibilidad de tarjetas de crédito y débito". Esto significa que sólo un 1% de la población cubana tendrá acceso real al servicio (ya que este es el porcentaje de penetración de ancho de banda en la isla). Aparte de ese 1% pocos son los puntos de acceso a un Internet suficiente para que la plataforma ofrezca un servicio óptimo.
Si te metes en los diarios locales de Cuba la población no parece muy entusiasmada con la llegada de Netflix ya que no pueden acceder a Internet y tampoco están por la labor de pagar 7.99 dólares mensuales por el servicio.
Además, Netflix no se ha puesto en contacto con la Habana y lo único que ha hecho es permitir el acceso a su servicio sin ahondar ni estudiar las condiciones de infraestructuras del país. "No estamos trabajando con el Gobierno cubano. En enero, el Gobierno de EEUU hizo posible que compañías norteamericanas de entretenimiento pudieran hacer negocios en Cuba; como tal, estamos disponibles en el país el día de hoy", aclaró una portavoz de Netflix.
Por lo tanto, esta noticia que refleja un acercamiento entre los dos países no tiene un calado de importancia real entre la población cubana ya que los servicios de banda ancha del país son demasiado atrasados para poder soportar el servicio.
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