Fue Don Mattrick el que presentó en sociedad a la Xbox One, aunque la acogida del público en el E3 no fue tan calurosa como se hubiese podido esperar. El precio (499 euros) y las condiciones especiales (conexión a internet obligatoria, sin juegos de segunda mano, o no poder apagar Kinect) resultaron un fiasco para la compañía, que poco a poco comenzó a eliminarlas.
Los primeros en caer fueron los dos grandes abucheados de la presentación, la conexión obligatoria y la limitación a la segunda mano. Don Mattrick volvió a ser el encargado de dar la noticia. Sin embargo, no debía de estar muy satisfecho con el modo de Microsoft de hacer las cosas, porque poco después los dejaría por un proyecto completamente opuesto: Zynga.
Poco después, Microsoft dejaría caer que el headset no estaría incluido en la compra de la consola, y se desdeciría una semana después ante la reacción del público.
El último gran paso atrás de la compañía fue desactivar el Kinect obligatorio, que resultaba una medida un tanto invasiva, y que se había visto con muy malos ojos después del escándalo del espionaje de la CIA en USA.
Así que finalmente nos encontramos con una Xbox One que incluye headset, Kinect apagable, permite juegos de segunda mano y funciona sin conectarse a internet. Además, se regalará un juego gratis a los usuarios que estén en los países en los que se ha pospuesto el lanzamiento. Habrá que ver si Microsoft prepara algún cambio más, como esperan los usuarios, en el precio.
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