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Galileo pondrá en órbita cuatro nuevos satélites en diciembre

Galileo pondrá en órbita cuatro nuevos satélites en diciembre

Por Pilar Bernat
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pbernattelycom4com /7/7/16
domingo 17 de diciembre de 2017, 09:00h

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El jefe del Proyecto Galileo de la Agencia Espacial Europea (ESA), Javier Benedicto, confirmó el pasado mes de septiembre el lanzamiento el próximo 12 de diciembre de cuatro nuevos satélites que se sumarán a los 18 que ya tiene en órbita este programa de radionavegación y posicionamiento por satélite desarrollado por la UE conjuntamente con la ESA y que estará completado en primera instancia en 2020, con los últimos cuatro, los cuales volarán “en Pacua"

Benedicto, buen conocedor del amplio espectro de aplicaciones y servicios que ofrece Galileo, avanza que a este lanzamiento seguirá la puesta en órbita de otros cuatro satélites en la primavera de 2018 y la construcción de otros doce adicionales que completen la lista de 30 satélites previstos antes de que acabe esta década y que, según resaltó, orbitarán a una distancia de 23.000 kilómetros de la Tierra permitiendo ofrecer prestaciones “uniformes” en todo mundo.

El científico acostumbra a recordar en sus intervenciones -como la realizada en la UIMP el pasado mes de septiembre-, que la difunta ministra y comisaria de la UE, Loyola de Palacio, fue una gran impulsora del proyecto Galileo, con una gran visión de futuro; “gracias a ella y a su eco en Europa la Comisión dedicó muchos fondos para este programa, a quien se unió la Agencia Espacial Europea cuyo papel en el diseño el desarrollo de las tecnologías fue transcendental”. “Hemos tardado 15 años en poner en forma el sistema -continuó-; pero ella se dio cuenta de que la navegación por satélite iba a jugar un papel muy importante en la sociedad en la que vivimos hoy en día; la sociedad de la globalización, de la conectividad, de la movilidad y para ello, la localización es fundamental.

A este lanzamiento seguirá la puesta en órbita de otros cuatro satélites en la primavera de 2018

Conectado con americanos, rusos y chinos

Entre las aplicaciones más innovadoras que incorpora este sistema de navegación hecho en Europa, destaca la posibilidad de garantizar un servicio de calidad mínimo y la interoperabilidad con los otros sistemas americano, ruso y chino. Además, dispone de un modo regulado que utilizan los estados miembros para que se puedan apoyar en la navegación por satélite cuando, en determinadas situaciones, las infraestructuras terrestres no estén operativas. Así mismo, es vital para realizar estudios detallados de la atmósfera, la actividad solar y meteorología espacial, radiación espacial, el clima y la meteorología e incluso estudios sobre etología animal y biodiversidad.

Conviene subrayar que España tiene un papel muy importante dentro de este conglomerado internacional; de hecho, fue pionera en la navegación por satélite en Europa y hay empresas como Mecánica de vuelo que se ocupa de los algoritmos del corazón del sistema. Por su parte, el Grupo Trio (EINSA, MIEL, Airbus) está proporcionando un gran número de equipos de los que vuelan en los satélites; igualmente, Indra, GMV, Deimos desarrollan elementos para el segmento terreno como estaciones de control y estaciones lejanas que están distribuidas en todo el mundo.

En palabras de Benedicto, “las innovaciones que aporta este sistema han permitido mejorar la precisión del GPS; Galileo ya ofrece con solo 18 de los 30 satélites previstos precisiones por debajo de un metro, que podrán llegar a ser de centímetros”. Así mismo, resaltó la utilización de este sistema en entornos urbanos con gran cantidad de obstáculos e, incluso, en el interior de los edificios. Así mismo, las medidas de pseudorango de los satélites de navegación permiten medir con precisión, de forma local, geolocalizada y en tiempo real, la cantidad de vapor de agua en la atmósfera, que se puede combinar con modelos numéricos para mejorar la precisión y resolución de las predicciones meteorológicas".

Galileo no solo aporta un sistema de navegación propio europeo, sino que, en opinión de los expertos, será un sistema revolucionario porque va a proporcionar servicios de los que carecen los actuales sistemas operativos. “Hemos tenido muchísimos problemas -añade Benedicto-; Galileo es un sistema que, por definición, ha querido ser innovador y esto conlleva estar en la frontera de lo que se puede hacer y no hemos tenido miedo de llegar a esa frontera porque hemos tenido la suerte de poder inventar un sistema nuevo con el ‘expertise’ adquirido de GPS, lo cual ha facilitado el despliegue de un sistema con un nivel de prestaciones diez veces superior a GPS (entre pocos centímetros y un metro); lo cual resulta básico para tecnologías en desarrollo como la conducción autónoma

En términos económicos, el total del presupuesto empleado, desde el año 2.000, hasta a hora, ha sido de 10.000 millones de inversión pública y, a partir de este momento, hacen falta 1.000 millones anuales para mejorar el sistema e innovar en las prestaciones del mismo.

La incidencia del Brexit en Galileo

Con respecto al Brexit, hay que señalar que Inglaterra ha jugado un papel muy importante en su desarrollo; hay industriales que, hoy en día, todavía están involucrados y hay que negociar su sustitución. En términos generales la escisión británica está aún en discusión dentro de la Unión Europea, pero los especialistas auguran que, en materias críticas, como los aspectos de seguridad del sistema satelital, va a ser muy difícil que un país que no forma parte de la Unión Europea tenga un papel relevante en su desarrollo; sin embargo, hay otros aspectos, tecnológicos en los que el Reino Unido sí va a poder contribuir.

En términos económicos no se sabe en qué aspectos las industrias inglesas van a dejar de contribuir ni lo que esto conlleve; pero, por ejemplo, hay países como Noruega o Suiza que no son miembros, pero tienen acuerdos de colaboración que les permiten participar en el proyecto. Los relojes atómicos, sin ir más lejos, están fabricados, en gran medida, en Suiza. Por tanto, el hecho de que no formen parte de la Unión puede no llegar a ser determinante.

Lo más probable es que los ingleses tengan que renegociar un acuerdo de seguridad; pero hasta que no esté firmado, habrá discontinuidad en las actividades. Por supuesto, hay que tener en cuenta que, si el Brexit se consolida, será en 2019, en la fecha prevista para la desconexión; pero de aquí a entonces, hay tiempo para poner en práctica soluciones que van a permitir no ralentizar el programa.

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