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Por Federica Estrella
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Infozonamovilidades/4/4/18
sábado 16 de marzo de 2024, 10:25h

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El mundo está cada vez más digitalizado. Pese a los grandes beneficios que conlleva la digitalización, también existen amenazas como el aumento de la ciberdelincuencia. En este mundo cada vez más conectado, las ciberamenazas se están expandiendo, hasta lugares poco comunes, como las cárceles.

Realizar ciberataques es posible debido a que los internos tienen acceso a dispositivos electrónicos y a internet dentro de las instalaciones correccionales. Por este motive, el panorama actual de las prisiones no solo enfrenta los desafíos tradicionales de seguridad física y control de armas o drogas, sino también la creciente sofisticación de las amenazas cibernéticas. Según un informe reciente de la Oficina de Asesoramiento en Política de Ciencia y Tecnología de los Estados Unidos, se ha observado un aumento significativo en el uso de dispositivos electrónicos por parte de los internos, lo cual plantea preocupaciones serias sobre el incremento de ciberdelincuentes.

El acceso a la tecnología dentro de las prisiones puede tener beneficios, como facilitar la comunicación con familiares y acceder a programas educativos. Sin embargo, también conlleva riesgos considerablemente altos. Los internos que tienen acceso a dispositivos electrónicos pueden convertirse en ciberdelincuentes y aprovechar estos dispositivos para llevar a cabo actividades ilícitas en línea, como el fraude, el robo de identidad y los ciberataques. Para ejemplificar esta situación, los presos, pueden utilizar dispositivos móviles para coordinar operaciones criminales fuera de las prisiones, ya sea en el mundo físico o en la Dark Web.

Crimen organizado y operaciones dirigidas desde dentro

Reciéntemente, en España los diferentes organismos gubernamentales han constatado que algunas operaciones delictivas han sido dirigidas desde las prisiones. Los sistemas informáticos de las prisiones son vulnerables a ataques, y existen reclusos con conocimientos tecnológicos que comprometen la infraestructura crítica de la prisión, como los sistemas de seguridad y las bases de datos de registros.

En el ámbito de la tecnología, es crucial implementar sistemas y medidas destinados a neutralizar a aquellos criminales que utilizan la tecnología para seguir delinquiendo desde las cárceles. Incluso peor, utilizan este tiempo para aprender nuevas formas de violar la ley.

Aunque poco común, esta práctica es utilizada por líderes de diversas mafias alojados en cárceles europeas, a quienes se les habían incautado previamente teléfonos inteligentes, apuntan desde Panda.

La lucha contra los ciberataques desde las cárceles requiere un enfoque integral. En primer lugar, las instituciones correccionales deben implementar medidas estrictas para prevenir el contrabando de dispositivos electrónicos y asegurar que los internos no tengan acceso no autorizado a Internet. Esto implica la detección de dispositivos a través de tecnologías de escaneo y el bloqueo de señales de red en áreas específicas de las instalaciones.

Además, es fundamental proporcionar capacitación en ciberseguridad al personal penitenciario. Los trabajadores deben estar preparados para reconocer posibles ciberdelincuentes y ciberamenazas, y saber cómo responder de manera efectiva. Esto incluye la concientización sobre tácticas de ingeniería social utilizadas en el phishing y otros tipos de ataques dirigidos.

Finalmente, la implementación de medidas tecnológicas y el aumento de la educación digital son clave para abordar la amenaza del cibercrimen desde el entorno carcelario. Es necesario tomar acciones para prevenir el acceso no autorizado a la tecnología y proporcionar capacitación adecuada para garantizar la seguridad tanto dentro como fuera de las cárceles.

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