Nvidia ha anunciado una inversión de 5.000 millones de dólares en Intel, en un movimiento que refuerza al histórico fabricante estadounidense tras años de intentos de recuperación y al mismo tiempo plantea un desafío al dominio de TSMC en el mercado de la fabricación de chips.
Aunque el acuerdo no implica que Intel fabrique procesadores para Nvidia, sí establece una colaboración estratégica en el desarrollo conjunto de chips para centros de datos y ordenadores personales.
La operación convierte a Nvidia en uno de los principales accionistas de Intel, con una participación estimada en torno al 4% del capital tras la emisión de nuevas acciones. La inversión se ha cerrado a un precio de 23,28 dólares por acción, ligeramente por debajo de los 24,90 dólares con los que cerró la cotización de Intel en la jornada previa, pero superior a los 20,47 dólares pagados por el Gobierno de Estados Unidos en agosto para adquirir un 10% de la compañía.
Esta inyección de capital se suma a otras recientes: 2.000 millones de SoftBank y 5.700 millones procedentes de ayudas públicas, lo que refuerza la capacidad financiera de Intel en un momento en que necesita capitalizar su estrategia de reestructuración bajo el liderazgo de Lip-Bu Tan, nombrado consejero delegado en marzo. El nuevo ejecutivo ha prometido un modelo de producción más ajustado y flexible, centrado en expandir la capacidad fabril únicamente cuando exista demanda suficiente.
Chips conjuntos para inteligencia artificial y PC
Intel y Nvidia trabajarán en el diseño de procesadores personalizados para centros de datos que integrarán las CPU de Intel con las GPU de Nvidia
El núcleo del acuerdo es tecnológico. Intel y Nvidia trabajarán en el diseño de procesadores personalizados para centros de datos que integrarán las CPU de Intel con las GPU de Nvidia, unidas por conexiones de alta velocidad exclusivas de la compañía gráfica. Estas interconexiones, conocidas como speedy links, resultan clave en el mercado de la inteligencia artificial, donde los servidores requieren conectar decenas o cientos de chips para procesar grandes volúmenes de datos.
Hasta ahora, estas soluciones estaban limitadas a servidores diseñados exclusivamente con hardware de Nvidia. Con este pacto, Intel podrá participar en esa arquitectura, beneficiándose de cada unidad vendida y recuperando terreno frente a AMD y Broadcom, que trabajan en sus propias tecnologías de interconexión y servidores de IA.
En el ámbito del consumo, Nvidia proporcionará a Intel un chip gráfico personalizado que podrá integrarse en sus procesadores para PC, lo que refuerza la competitividad frente a AMD en un segmento donde la arquitectura x86 de Intel aún conserva la mayoría de cuota de mercado.
Un golpe indirecto a TSMC y presión sobre AMD
La colaboración entre ambas compañías supone también un aviso para TSMC, el fabricante taiwanés que actualmente produce los procesadores más avanzados de Nvidia. Aunque el acuerdo no incluye que Intel Foundry fabrique los chips de Nvidia, abre la posibilidad de que en el futuro la compañía diversifique proveedores, lo que supondría un duro golpe para el líder mundial de la fundición.
Para AMD, el riesgo es inmediato. El fabricante, que compite tanto en servidores de IA como en PC, podría perder parte de su ventaja si Intel consigue consolidar su alianza con Nvidia en productos conjuntos de nueva generación.
Tanto Nvidia como Intel han insistido en que esta alianza no incluye licencias de tecnología ni cambios en sus planes de producto
Tanto Nvidia como Intel han insistido en que esta alianza no incluye licencias de tecnología ni cambios en sus planes de producto ya anunciados, sino una relación comercial basada en el suministro cruzado de chips para el desarrollo de múltiples generaciones de soluciones conjuntas.
“Esta histórica colaboración une la pila de inteligencia artificial y computación acelerada de Nvidia con las CPU de Intel y el vasto ecosistema x86. Es la base de la próxima era de la computación”, afirma Jensen Huang, consejero delegado de Nvidia, al anunciar el acuerdo.
Aunque las compañías no han dado fechas para los primeros lanzamientos, el mensaje al mercado es claro: la inteligencia artificial, los servidores de nueva generación y la informática de alto rendimiento se jugarán en un terreno compartido.