A partir del próximo 15 de mayo de 2006 el dispositivo Revolv, marca adquirida por Nest de Google recientemente, dejará de funcionar. Su aplicación cerrará y ya no servirá para nada, así de sencillo, y los compradores del producto no podrán reclamar porque su garantía de un año ya ha llegado a su fin.
Esta tarde me he metido en Medium, la web donde la gente escribe artículos y los comparte, y he visto la queja de un usuario de Revolv, el dispositivo que interconecta el ecosistema del hogar a través del móvil, que estaba indignado con la decisión unilateral de la compañía de acabar con el funcionamiento de este gadget y su aplicación móvil.
Y no es para menos ya que este usuario -como les pasara a muchos-, tenía configurado todo el ecosistema digital de su hogar con este dispositivo. Las luces, las cámaras de vigilancia, los sistemas de seguridad, en fin, muchas cosas que dirigía fácil y directamente a través de la app descargada en su móvil.
Esta decisión de Nest es realmente polémica y da bastante desconfianza para qfuturas compras por parte de los usuarios. Es verdad que sus resultados económicos no acompañan, ya que factura menos de lo que Google invierte en ella, pero este apagón dictatorial no es la mejor manera de tratar a clientes que confiaron en ellos y en su software, y ahora ven como -como dice Gilbert en el artículo de Medium- les han dejado con un hardware que no vale para nada, que vale menos que una lata de hummus.
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