www.zonamovilidad.es

¡Pero qué es eso de Twitter!

miércoles 22 de octubre de 2014, 13:04h

Escucha la noticia

El pasado 24 de septiembre, Twitter anunció una ampliación de 100 millones de Dólares, lo que otorga una valoración a la compañía en cerca de $1.000 millones. El anuncio sorprendió porque Twitter todavía no tiene modelo de negocio, a pesar de sus 25 millones de usuarios en todo el mundo. Pero, ¿qué hay en este microblog que tiene tanto valor para los inversores? Pues, sinceramente, para la mayoría de los mortales, sigue siendo un misterio.

Pero, empecemos con un repaso a sus orígenes. Corría el año 2006; Jack Dorsey, Biz Stone y Evan Williams concibieron la brillante idea de crear un sistema de envío y recepción de mensajes cortos a listas determinadas de amigos. Así, surgió el ‘tweet’ un mensaje lanzado desde tu móvil a tu propia cuenta de Twitter, el cual se multiplica y llega a todos los teléfonos de tus ‘seguidores’ (followers). En ese sentido era muy parecido al servicio Qtal que lanzó Vodafone hace más de 10 años.

 

El invento se usaba para quedar con los amigos, organizar partidos de fútbol, contarle a todo el mundo que habías aprobado el examen, etc.  A medida que Twitter crecía, la gente se daba cuenta de que el buscador de mensajes de la página era una herramienta potentísima.

Una búsqueda con el nombre de un amigo, nos mostraba todos los tweets que cualquier persona hubiera enviado mencionando dicho nombre o una búsqueda con la palabra ‘triste’ permitía conocer el estado de ánimo de los ‘compañeros de red’.

Así, pronto empezaron a aparecer rankings de los términos más utilizados -esta semana, por ejemplo, el más comentado es Fort Hood, nombre del campamento militar de Estados Unidos donde se produjeron los asesinatos- y, poco a poco, Twitter pasó a convertirse en la mejor fuente de información de lo que está ocurriendo en cada momento. Es decir, lo que se ha venido a llamar ‘la web en tiempo real’.

A pesar de su éxito, Twitter sigue siendo una empresa pequeña con 29 empleados, pero se ha convertido en una herramienta de comunicación revolucionaria. Además de su uso original para estar en contacto con nuestros conocidos, las empresas lo usan para lanzar sus notas de prensa, las estrellas para relacionarse con sus fans y los analistas para investigar las tendencias de la Red.

Entre sus ventajas, la brevedad de los 140 caracteres del SMS, lo cual obliga a sintetizar; también la facilidad de uso, ya que la simpleza lo hace atractivo al usuario; cada individuo lo moldea para mantenerse informado de todo aquello que le interesa: saber lo que hacen sus amigos, realizar un seguimiento de su empresa, conocer más a sus ídolos o simplemente para curiosear lo que pasa por el mundo.

El vertiginoso flujo de la información

Y es que me parece mentira pero, en agosto, hizo veintidós años que me dieron mi primera dirección de correo electrónico: [email protected]; un ‘e-mail’ que empleaba no más de un par de veces a la semana para enviar un fichero con código a mi profesor de programación. Desde esa primera dirección, hasta hoy, he tenido muchas otras y mi bandeja de entrada ha pasado de recoger uno o dos mensajes a la semana a cientos todos los días.

A principios de los años 90, asistimos al nacimiento de un nuevo fenómeno que surgía como evolución de los foros y de las salas de conversación digital (chats): la mensajería instantánea. ICQ, AOL, Yahoo, Windows Messenger se popularizaron como medio de comunicación, especialmente entre los más jóvenes, ya que permitía una diálogo ágil e informal. Paulatinamente, el contacto por medio de la web ha ido evolucionado y ha cogido mayor frecuencia, velocidad y ha volado del ordenador a otros dispositivos.

Así, en las últimas semanas hemos asistido a la presentación de varios teléfonos conectados a las llamadas redes sociales -Facebook, Tuenti, Linkedin etc.- es decir, móviles que te mantienen integrado, que te muestran de forma instantánea las alertas que otros han escrito, que sincronizan tus diferentes listas de contactos, tus fotos, tus pensamientos.

La web ha dejado de ser sólo un sitio donde podemos ir a leer publicaciones, blogs o enciclopedias y ha pasado a ser, además, un medio de información que fluye en tiempo real.  A través de Facebook o Tuenti podemos disfrutar de lo que nuestros amigos quieren compartir con nosotros: “estoy cansado”, “estoy leyendo una web interesante”, “mira las fotos de mi viaje a Florida”; en Linkedin cabe mantenernos al día de los proyectos profesionales: “Juan García es ahora director en una empresa nueva”, “Luis Ulmeda busca un programador para un nuevo desarrollo”…  Con estas herramientas u otras que están surgiendo ahora como Google Wave o Foursquare, resulta factible conocer gran número de sitios, de cosas, de hechos.

Mantenemos una red de amigos o de contactos tanto personales como profesionales mucho más amplia de la que pudiéramos tener o haber soñado hace unos años; es complicado llamar a doce amigos todos los días, pero muy sencillo coger el móvil en cualquier descanso, transporte, in pass, reunión, clase, entrar y ojear Facebook para enterarnos en segundos de lo que les ha ocurrido a cada uno de ellos. La telefonía nos permite vivir con nuestros amigos cada momento de su existencia y, al mismo tiempo, compartir la nuestra con ellos.

En conclusión, la red en tiempo real nos presenta un flujo de información que pasa rápidamente ante nosotros. Nosotros decidimos qué parte de ese flujo queremos ver y qué información queremos aportar a la mencionada corriente. Cuanto más compartimos, más ricas son nuestras relaciones. Por tanto, el trasvase de esta nueva Internet al mundo móvil va a traer una etapa de gran innovación. ¿Por qué? Porque el móvil es la herramienta perfecta para este nuevo fenómeno, este nuevo modelo de amistad, amor, compañerismo o relación a distancia. Permite enviar mensajes de todo tipo, desde el ‘poke’ de Facebook  -un mero recordatorio de que me acuerdo de ti-, hasta un mensaje con mi ubicación exacta en un determinado momento; capturar el mundo a nuestro alrededor con fotos, vídeo, audio o simple texto y mostrárselo a otros; vivir nuestra vida y la ajena; aprender y enseñar... 'twittear'

Toda esta riqueza de comunicación tendrá un gran impacto social y dependerá solamente de nuestra capacidad de procesar la cantidad ingente de información y nuestras múltiples relaciones que, por supuesto, serán más ricas, más extensas y más íntimas.

Y yo, ¿para qué uso Twitter?  Es mi diario de la red de cada mañana. Os invito a que me sigáis en Twitter: @javifon

 

 

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios