La multa de 4.340 millones impuesta a Google por, supuestamente, utilizar sus sistema operativo Android para cimentar su dominio en las búsquedas e impedir la competencia es la mayor sanción impuesta a cualquier empresa declarada culpable por infringir las normas antimonopolio de la Unión Europea.
"El problema no es la multa en sí misma. El problema es cómo la Comisión llegó a esa cifra"
"La multa que se impuso, unos asombrosos 4.340 millones de euros, no era apropiada", ha asegurado la abogada de Google, Genevra Forwood, al panal de cinco jueces del Tribunal General de la Unión Europea. "El problema no es la multa en sí misma. El problema es cómo la Comisión llegó a esa cifra", explica Forwood.
Forwood ha asegurado que no había intenciones anticompetitivas en las acciones de Google y señalan que no podrían saber que su conducto era un abuso teniendo en cuenta la jurisprudencia de la UE en aquel momento y que no había precedentes al respecto.
"Así que fue un error que la Comisión impusiera cualquier multa, y mucho más que subiera el nivel hasta alcanzar la mayor multa de su historia", advierte Forwood, quien ha discrepado de la decisión de Bruselas de añadir un factor de gravedad del 11% a la multa de Google, en comparación con el 5% impuesto a Intel en 2009 en un caso distinto. "Incluso si este Tribunal considera que una multa es apropiada, sólo sería apropiado bajar el nivel", ha señalado.
Por otro lado, el abogado de la Comisión Europea, Anthony Dawes, ha defendido que Google "simplemente no podía desconocer el comportamiento anticompetitivo de sus prácticas” ya que “las infracciones cometidas por negligencia no son menos graves que las cometidas intencionadamente".
Asimismo, ha matizado que la multa ha sido de apenas el 4,5% de los ingresos de Google en 2017, frente al tope del 10% permitido por las normas de la Unión Europea.
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