La decisión, que llega tras la sentencia del Tribunal de Apelación de París, supone que el Consejo de Administración de Orange ha aceptado la decisión de Richard de poner su cargo a disposición de la compañía, que avanzamos en el día de ayer.
La salida de Richard, sin embargo, no se produce de manera inmediata sino que entrará en vigor una vez que se haya designado la nueva estructura de gobierno que, como tarde, será el 31 de enero de 2022, fecha hasta la cual el directivo permanecerá en su cargo.
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Desde el Consejo han querido destacar la voluntad de Richard de velar por el mantenimiento de la gobernanza del Grupo y han agradecido su compromiso al frente de Orange durante los últimos 11 años, un periodo en el que se ha restablecido un entorno laboral apacible tras la crisis social y en el que se ha transformado Orange en un operador multiservicio de primer nivel en Europa y África. “Stéphane ha contribuido significativamente a la historia del Grupo en tiempos a veces tumultuosos y trabajando siempre en el mejor interés de la empresa”, destacan desde el Consejo.
Ahora se continuará con el proceso de contratación para nombrar y poner en marcha a un nuevo gobierno corporativo, un asunto que lleva ya algunos meses abierto porque se esperaba que Richard no se presentará a su reelección como CEO en 2022, cuando se concluye su mandato.
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