Reconocido como uno de los paraísos mundiales del videojuego, la filosofía de las fábricas canadienses es “investiga, desarrolla, prueba y publica sin salir de tu propia manzana”. Y es que gracias al gran número de empresas situadas en ciudades como British Columbia, Ontario o Quebec la tarea de lanzar un videojuego al mercado se ve ampliamente simplificada; ya que no sólo se concentran los centros de producción y desarrollo, sino todos los servicios externos necesarios para sacar adelante un proyecto, tales como estudios de captación del movimiento, de grabación de audio, doblaje, animación o diseño.
Las grandes ideas e IP
Todo empieza con la creación de una idea original en el corazón de los estudios y la dura batalla por conseguir una nueva IP. Lanzar al mercado un videojuego con una IP propia, es una tarea de gran coste económico y con un alto riesgo que sólo los más grandes se pueden permitir, pero que si resulta exitosa elevará la compañía a las alturas. Este es el caso de empresas como Ubisoft -gracias a su serie de videojuegos Assassin’s Creed- o Electronic Arts (EA games), reconocida por ser la compañía que más se esfuerza por lanzar nuevas IP.
El desarrollo
Una vez superada la decisión de desarrollar un videojuego con una nueva IP o no, el proceso continúa con el diseño del mismo. Los estudios de desarrollo se caracterizan por ser ambientes de duro trabajo, en los que lo más importante es trabajar en grupo de forma continua y tratar siempre de estar inmersos en un ambiente donde la creatividad sea explotada al máximo y el personal involucrado se sienta como en casa. Guionistas, diseñadores de videojuegos o de niveles funcionan como una familia durante largos periodos de tiempo y largas jornadas de trabajo.
De esta forma, los estudios se convierten en zonas repletas de consolas, juegos, instrumentos musicales, cafetería con futbolín y los sofás más cómodos para que los trabajadores busquen su fuente de inspiración. En el estudio Bedlam, por ejemplo, es fácil encontrar a un grupo de desarrolladores improvisando con sus guitarras eléctricas en un momento de descanso.
La captación de buenos desarrolladores es otro de los grandes retos de las empresas canadienses; ya que debido a la alta concentración de estudios de desarrollo en la zona, retener a los profesionales es tarea ardua y cara.
Game engine o motor de juegos
La elección de desarrollar un motor de juego (game engine) nuevo o comprar alguno de terceros y adaptarlo –opción más económica- es decisión de cada empresa; ya que se trata de software reutilizable, de ‘un molde de arcilla’ sobre el cual se diseña el físico de los personajes y los escenarios. Así, una de las grandes compañías dedicadas al desarrollo de elementos para los escenarios de un juego es Side Effects, localizada en Toronto. Entre sus clientes se encuentran EA, Sony, Sega, BioWare, Houdini o Microsoft. Sus animaciones 3D y efectos visuales se incluyen en juegos conocidos y utilizados en el mundo entero.
Grabación de audio
Una vez desarrollados los gráficos se comienza a trabajar con el doblaje de los personajes. El aumento de complejidad en la trama y curso de las acciones de los videojuegos afecta de forma directa al trabajo de los estudios de grabación, los cuales aseguran que si antes bastaban unos 500 archivos para realizar un juego, ahora son necesarios, al menos, 15.000 por lengua.
Uno de los grandes estudios de grabación de voz es Game on Audio, situado en Montreal. Según palabras de Samuel Girardin, fundador del estudio, encontrar dobladores capacitados no es una tarea fácil, porque no es suficiente con tener una voz reconocida, sino que al mismo tiempo que se graba el audio, se realiza un trabajo de captación de movimiento facial, que posteriormente será empleado en la cara de los personajes del videojuego, con el fin de que voz y expresión se encuentren en perfecta armonía.
Test
Finalizado el producto, entran en acción un grupo de trabajadores a quienes, seguramente, envidian jóvenes del mundo entero: los ocho expertos que realizan la fase de pruebas y cuyo trabajo consiste en jugar durante horas encerrados en una sala para detectar los más mínimos errores y limar los últimos detalles antes del lanzamiento del producto al mercado y de cruzar los dedos esperando que sea ‘éste’ el próximo taquillazo.
Si (
No(
