Esta tecnología permite la transición de la TDT hacia internet para competir con la calidad e interactividad de las plataformas de streaming. Para los espectadores, esto se traduce en una unificación de los canales de radiodifusión terrestre y los de televisión por internet.
Actualmente, la TDT en estos momentos está basado en el estándar DVB-T que soporta calidad UHD 4K pero reduciendo el número de canales alojados en múltiple, desde los 4 con calidad HD actuales a solo uno, lo que representa una gran ineficiencia. A este problema ya han respondido soluciones tecnológicas como DVB-T2, que duplica la capacidad, pero requeriría renovar el parqué de receptores de televisión; así como 5G Broadcast, que emplea radio 5G adaptada a las 8MHz de ancho que tienen los 24 canales radioeléctricos TDT actuales.
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En este sentido, la TDT trabaja para afrontar mejores calidades que ya se ofrecen en las plataformas de streaming online con resoluciones 4K, por lo que la evolución a DVB-I es la respuesta natural, ya que permite que los televisores conectados a la antena y a internet pueden integrar los canales que lleguen por ambos medios de manera transparente para el consumidor, recibiendo canales TDT e IPTV indistintamente.
En este contexto, Mediaset tiene previsto arrancar sus pruebas en Italia este mismo año y RTVE ya ha arrancado las suyas con este primer piloto, que ha contado con una demostración en vivo del procedimiento de sintonización de canales y en el que han participado empresas como Cellnex, Dolby, Sapec y la Corporación Televés, mientras que la visualización de la señal ha corrido a cargo de Vestel, que aporta dos modelos comerciales de pantalla con la actualización de software necesaria para interpretar la señal DVB-I emitida en la señal TDT.
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