La pieza, presente en cientos de estaciones de Europa, se distingue de otras por su segundero, una aguja roja que reproduce la forma de las paletas que señalan la salida de los trenes. Al ser propietaria del diseño del reloj, la empresa de trenes suiza denunció a Apple, motivo por el cual los de Cupertino han tenido que llegar a un acuerdo, que permite a la estadounidense ejecutar de ahora en adelante un contrato de licencia sobre el uso del diseño en productos informáticos como el iPhone y el iPad.
Ninguna de las dos empresas ha querido hacer pública la cifra negociada sobre el diseño, que hace mucho tiempo se convirtió en un icono de las estaciones de trenes.