Un ataque dirigido es la peor de las modalidades. En caso de una gran empresa puede causar daños de hasta 1,7 millones de euros, de los cuales 1.583.860 provienen directamente de la pérdida de datos críticos, interrupciones del negocio y gastos de reparación; y la cantidad restante proviene de la inversión en tecnologías que puedan evitar que estos incidentes se repitan. El coste derivado de ataques dirigidos a PyMEs es de 67.000 euros de media por incidente.
Los cibercriminales más profesionales y cualificados son los encargados de poner en marcha estos ataques `dirigidos´. El objetivo suele ser el robo de información confidencial y su filtración, que puede dar lugar a estas significativas pérdidas económicas.
Por otro lado, el 24% de las empresas han reconocido haber sido `hackeadas´ en alguna ocasión. En este tipo de ataques los daños pueden llegar hasta los 1.220.000 euros (53.000euros para las PyMEs).
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