Según la agencia de investigación estadounidense, el hecho de que haya coches que puedan conducirse solos tendrá un gran impacto al transformar la manera en que los criminales puedan operar. Será fácil, al menos en un principio, que hackeen estos coches para ignorar leyes de tráfico o cargar estos vehículos de explosivos, usándolos como coches-bomba ante poblaciones civiles.
Google, el pionero en el desarrollo de este tipo de coches, ya dijo en mayo que los coches sin conductor “son desarrollados para operar de manera segura sin necesidad de intervención humana”. Por ahora, la compañía no ha anunciado ningún plan para poner a la venta este tipo de tecnología, alegando que necesitará aún más años de pruebas con ella.