Google amenazada con sanciones por la llegada de la nueva comisaria de competencia de la UE

Como ya informamos hace un mes desde que se abrió el caso en 2010, en Bruselas, Google nunca se ha visto implicada en el asunto. De hecho las tres propuestas que ha mandado la compañía americana siempre han sido vagas e insuficientes.

Las organizaciones de consumidores lo tienen claro: Google debe ser imparcial. Debe adaptar todos los servicios, incluyendo los suyos, a las mismas normas, utilizando exactamente los mismo algoritmos de rastreo, indexación, clasificación, visualización, y de penalización. Este principio es vital para asegurar que los consumidores encuentren resultados de búsqueda indexados en un ranking basado en la relevancia – en otras palabras, en lo que es mejor para los consumidores, en lugar de lo que es mejor para Google.

A Google se le han ofrecido numerosas oportunidades para presentar pruebas que demuestren que sus propuestas no culpatorias son eficaces. Sin embargo, según la Comisión, Google no ha presentado tales pruebas y no ha mejorado, hasta ahora, sus propuestas. Y no debemos perder de vista la realidad de que, durante la investigación, el comportamiento anticompetitivo de Google no ha sido de ninguna manera restringido, sino que incluso se ha intensificado con nuevas formas de discriminación abusiva como Panda y Google Shopping.

A medida que la nueva Comisión asume el cargo, y tal como se aprecia en las observaciones de las audiencias de confirmación de los Comisarios, el caso Google será un tema prioritario en la agenda – no sólo de la nueva Comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, sino también del Comisario Oettinger y del vicepresidente Ansip, por sus respectivas responsabilidades en relación a la ‘Economía y la Sociedad Digital’ y al ‘Mercado Único Digital’. Será interesante ver cómo interactúan estas diferentes responsabilidades.

El caso en sí se ha vuelto más complejo desde que se abrió. La conducta de Google ha cambiado y empeorado. Se han introducido prácticas abusivas nuevas y cada vez mayores, y el control de Google en el sector móvil, a través de su plataforma Android, se ha convertido en un hecho.

Algunos aspectos significativos de quejas anteriores no fueron abordados por la Disposición preliminar de la Comisión y se han incorporado denuncias nuevas. La Comisión tendrá que tener en cuenta el aumento de la concienciación acerca de la repercusión en el mercado de la recogida masiva de datos personales de Google y de su interacción con las normas de protección de datos de la UE.

Por último, dado que las alternativas propuestas por Google han sido definitivamente rechazadas, ¿hacia dónde vamos ahora? Para ICOMP (Iniciativa por un mercado online competitivo) la respuesta es relativamente simple. Google ha fracasado rotundamente al explicar por qué el principio imparcial no podría introducirse. Si el Comisiario Vestager decide centrarse a corto plazo en el caso de búsquedas, podría darse una decisión formal en un plazo relativamente corto. Las soluciones para las cuestiones relacionadas con Android y otros temas, planteadas por los denunciantes, probablemente necesiten una mayor elaboración y discusión con la Comisión.

Esto se resume en dos cuestiones importantes. En primer lugar, la discusión sobre las posibles soluciones se ha centrado hasta ahora en poner límites a la conducta abusiva de Google, en vez de buscar la forma de garantizar que los consumidores europeos y las empresas disfruten de los beneficios de la competencia real en las búsquedas, algo a lo que tienen derecho. Debe darse una discusión seria sobre cómo restablecer una competencia efectiva en los mercados en los que Google ha logrado y atrincherado su dominio. Parte de esta discusión tiene que ser sobre las ventajas de escala que Google ganó ilegalmente, y si es realista pensar que los competidores nunca podrán superar las barreras de entrada que Google ha levantado.

En segundo lugar, Google sigue negando que se haya comportado de manera abusiva o incluso que tenga una posición dominante – a pesar de tener cuotas de mercado muy por encima del 90% en la mayoría de los Estados miembros. Esta es una pésima indicación para el futuro cumplimiento. Por tanto, es esencial que la Comisión adopte una decisión racional, formulando dictámenes jurídicos clarificadores, y permitiendo que cualquiera que haya resultado perjudicado por la conducta de Google obtenga la compensación adecuada ante los Tribunales Nacionales. Hacer menos que eso permitiría a Google quedarse con todos los beneficios financieros de años de comportamiento ilegal.