El pirata Francisco Nicolás, uno de tantos

La respuesta es fácil ¿no? Hablo del prototipo de hacker en su acepción pirata informático. Hablo de esos entes que salen de la nada y llegan a todo sin que nadie se explique cómo. Hablo de los temidos, más que admirados, presuntuosos (megalomaniacos les llaman los psiquiatras) a los que nadie se atreve a combatir porque quienes nacimos analógicos no sabemos cómo y nos falta preparación para ello.

Hablo de esos pequeños o mayores intrusos que leen nuestros correos, entran en nuestros servidores y lo mismo se montan una exclusiva que se apuntan en las listas de invitados para acceder a Palacio.

Y sí, hablo de tantos Francisco Nicolas de la vida que coaccionan a cambio de dinero, que exigen campañas de publicidad, que tiran abajo los servidores de la competencia cuando les conviene, que desnudan a la gente en Internet para cobrar de Google o dejan a medio mundo sin jugar en vacaciones, en pro de lo que ellos consideran debe ser una dulce Navidad.

Sigo de cerca, día a día, todas las informaciones de este supuesto espía, aspirante a loco, estafador no demandado, tras el que todo el mundo busca una conspiración y que a mis ojos no es más que un mangutilla de la red, que actúa sólo o en compañía de otros, que no ha sabido poner freno a su ambición y que como ave de altos vuelos, ha subido en espiral para caer en picado.

Ahora bien, ¿puede la Casa Real reconocer que le han hecho un agujero informático? ¿Pueden sus víctimas denunciar a quien tiene su vida en un ‘pen’? ¿Puede el Gobierno, la policía, el CNI o el PP aceptar tremenda enjundia? ¿Pueden los medios decir la verdad a riesgo de que se les hunda la audiencia?

Me pongo ante el televisor y me entristece ver gente culta y sobradamente preparada hablar ante una cámara y realizar comentarios asombrosos: “tiene mucha información”, “lo sabe todo de mí” “me ha dicho hasta cuantos relojes tengo...”

Señor mío, lo mejor es que usted o su cliente revise su correo, sus archivos digitales, esa base de datos o ese Excel donde hizo una relación de ellos. ¿Y el carnet de identidad falso? ¿Es que no lo saben? Los venden en cualquier barrio. Se llaman piratas informáticos e igual, su vecino es uno de ellos.