Desde la base de Baikonur en Kazajistán, la compañía catalana iba a lanzar al espacio su primer nanosatélite, un pequeño aparato con el que Sateliot entra en una nueva fase tecnológica que le permitirá hacer pruebas de campo en entorno reales, lo que proporcionará información útil de cara a la evolución y al diseño integral de la constelación. El 3B5GSAT será el primer satélite del mundo en realizar pruebas de comunicaciones tierra-espacio con cobertura 5G.
"Este primer lanzamiento de la constelación es una oportunidad única para situar a España como país innovador"
“No debemos olvidar que este primer lanzamiento de la constelación es una oportunidad única para situar a España como país innovador, que debe apostar por el futuro impulsando proyectos pioneros en el mundo como este, evitando así que las grandes ideas se vayan a países más propicios para su financiación como Estados Unidos”, destaca Jaume Sanpera, CEO de Sateliot.
En esta primera misión, Sateliot cuenta con su propio Mission Badge, que se lanzará a bordo del cohete Soyuz-2 junto al noveno satélite de observación terrestre que lanza Corea del Sur y más de una treintena de pequeños satélites.
La operativa que sigue hasta la puesta en órbita del satélite es similar a la de un ascensor, de manera que a medida que alcance altura, dejará su carga en las órbitas acordadas. En el caso de Sateliot, éste operará en una baja órbita situada en torno a 500 kilómetros de altura.
Tras ello, llega la fase de Commissioning, la etapa en la cual el satélite se prepara para su operación, ejecutando las verificaciones y comprobaciones de los sistemas hasta la realización de los primeros test de operaciones (esta fase se puede alargar varias semanas).
Más tarde, llega el momento de su operación de su funcionamiento con normalidad hasta que en un máximo de 25 años se fuerce su reentrada en la atmósfera y se desintegre.
El satélite va ensamblado dentro de un deployer o desplegador que después va a bordo del cohete. Se trata de una caja donde se introduce el satélite inactivo de manera que una vez el deployer llega al espacio, éste pueda desplegar el satélite con un mecanismo de muelles.
236 millones de facturación en 2025
Con este lanzamiento, la compañía inicia su carrera espacial con el objetivo de alcanzar una facturación de más de 236 millones de euros en 2025.
Según ha explicado esta semana Jaume Sanpera en un encuentro virtual con la prensa, la compañía estima que cerrará el año 2025 con una plantilla total superior a las 100 personas, para lo cual ha cerrado por valor de 5 millones su serie A, el primer tramo de financiación que cuenta con la participación de inversores y fondos europeos.
Esta operación se enmarca en un plan de financiación específico dividido en tres fases. En primer lugar la serie A que servirá para completar las fases de I+D relacionadas con la carga útil y el lanzamiento de los primeros nanosatélites; en segundo lugar, la serie B, cuyo objetivo es desplegar otros 16 nanosatélites 5G para lanzar el servicio comercial de cara a 2022-2023; y por último, la serie C (70 millones de euros) para el despliegue total de la constelación que garantice un servicio comercial prácticamente en tiempo real.
La compañía ya cuenta con un acuerdo con la Generalitat de Cataluña y su apoyo financiero, así como el apoyo del Gobierno de España a través de Enisa.
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