Con esta decisión se busca que los inversores activistas recuperen el control de la compañía y vuelva a manos nacionales con un oferta de 29,59 euros por acción presentada por la empresa de capital riesgo Japan Industrial Partners, un consorcio de grandes bancos y empresas niponas, que también ha invertido en otros gigantes locales como Sony, Hitachi y Olympus, entre otras.
"Esta medida para Toshiba es magnífica no sólo para Japón, sino también para el mundo. Tengo fe en el resurgimiento de Toshiba"
En este sentido, Akihiro Watanabe, presidente de Toshiba, ha pedido a los accionistas que respalden la propuesta, asegurando que es la única manera de que la marca recupere su antigua fortaleza. "Esta medida para Toshiba es magnífica no sólo para Japón, sino también para el mundo. Tengo fe en el resurgimiento de Toshiba", asegura el directivo.
La firma, con sede en Tokio, ha reportado unas pérdidas de 25.000 millones de yenes (unos 160 millones de euros) en el segundo trimestre del año con unas ventas que cayeron un 5% interanualmente, sin proyección de beneficios para todo el año fiscal, especialmente afectado por la incertidumbre en el negocio de chips informáticos y su el 40,6% de participación que mantiene en Kioxia, uno de sus activos más importantes.
En caso de que la propuesta siga adelante, será una cuestión clave para dar un giro a su actual situación, abandonando la Bolsa de Tokio, para lo cual será necesario que dos tercios de los accionistas acudan a la oferta.
"Hoy es un día decisivo para Toshiba. La empresa está saliendo de un túnel después de ocho años", ha señalado el presidente del Consejo de Administración en una rueda de prensa.
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La fusión nuclear que acabó con el gigante japonés
La mala situación actual de la compañía se remonta a marzo de 2011 cuando un tsunami golpeó la región de Tōhoku que provocó la fusión de tres reactores en Fukushima, en la zona norte del país. Esto llevó a la compañía a sufrir grandes pérdidas al dispararse los costes de seguridad, provocando la quiebra de la división nuclear estadounidense (Westinghouse).
Tras ello, la compañía ha ido encadenando malas situaciones económicas, teniendo que vender filiales destacadas como su división de ordenadores portátiles (ahora Dynabook) y su antigua división de chips, su unidad de sensores de imagen, a lo que se sumó un escándalo contable en 2015 que implicaba libros que fueron manipulados durante varios años y que acabó con la presidencia de su histórico CEO, Hisao Tanaka.
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