El cuestionado gobierno de Donald Trump al frente de los EE.UU ha arrastrado un problema de seguridad desde sus inicios. Han sido diversos medios norteamericanos los que han hecho saltar la liebre tras difundir información supuestamente reservada al ámbito público. Tratándose del presidente más cuestionado de los EE.UU, no es de extrañar que esta medida termine ejecutándose.
De llevarse a cabo, los empleados tendrían en sus bolsillos únicamente un teléfono de trabajo con funcionalidades limitadas a lo estrictamente laboral
Un problema de incomunicación
Los trabajadores de la Casa Blanca ven que la laguna de este planteamiento se encuentra en que es una forma de cortar la comunicación directa con sus familias y amigos.
De llevarse a cabo, los empleados tendrían en sus bolsillos únicamente un teléfono de trabajo con funcionalidades limitadas a lo estrictamente laboral. Parece que los primeros sondeos sobre la medida no son positivos pero, tras el hackeo al propio Jefe de Personal de la Casa Blanca a inicios de este mismo año, no parece descabellado liberar la Casa Blanca de tantos dispositivos exentos de la seguridad del gobierno federal.
La segunda fase de un problema en la Casa Blanca
Ya en el mes de febrero, los teléfonos celulares del equipo de presidencia fueron protagonistas d etodos los medios de comunicación americanos; ya que tal y como informó la agencia EFE en su momento, "el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, ordenó revisar los móviles de empleados de la residencia presidencial para evitar filtraciones".
En auqel momento, la CNN, contó que Spicer había convocado a los empleados en su oficina para trasmitirles su frustración por las filtraciones que se habían producido desde que el presidente de EEUU, Donald Trump, había llegado al poder y lo había obligado a dejar sus terminales en una mesa para un "chequeo".
En aquel momento, el portavoz advirtió de que el uso de aplicaciones de texto codificado, como Signal o Confide, supone una violación de la ley. Aproximadamente una veintena de trabajadores tuvieron que entregar sus móviles entonces. Ahora,la cuestión se agrava.
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