Se trata de una solución a través de sensores capaces de distinguir diferentes tipos de materias y un sistema de algoritmos personalizado para el tipo de vegetación del entorno en el que se instala, capaz de identificar mediante inteligencia artificial las partículas que se producen en los primeros minutos de combustión.
Con este sistema, los incendios se pueden descubrir en una fase incipiente, facilitando así el control y extinción de manera rápida para minimizar su impacto. Los datos que se recogen con estos sensores, se analizan en tiempo real mediante machine learning y big data, de manera que los sensores identifican como ‘huele’ el bosque en el que estén instalados si hay fuego para detectarlo.
Esta solución permite alertar en pocos minutos de la existencia de incendios forestales en sus estados iniciales desde la fase de combustión lenta, clave para poder atajarlos rápidamente.
El sistema, aún en fase de pruebas, se testará para comprobar su impacto, durante los próximos meses.
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