Elevenpaths, la unidad de ciberseguridad de Telefónica analiza la evolución de las amenazas en el mundo digital, los nuevos retos que se presentan y el modo en que los distintos actores de la industria se adaptan a estos cambios, mediante la publicación de un Informe. En especial, recalca cómo los riesgos derivados de la expansión de la transformación digital de las empresas y de la vida diaria de las personas siguen alcanzando gran relevancia.
Aumenta el riesgo asociado al correo electrónico, con ataques más sofisticados
Adaptar la seguridad digital a las nuevas formas de despliegue
Según el propio Whitepaper, existe la necesidad de adaptar la seguridad a las nuevas formas de despliegue, administración y operación que surgen con la adopción de la nube. También aumenta el riesgo asociado al correo electrónico, con ataques más sofisticados, y a los cada vez más ubicuos dispositivos IoT, cuya protección reclama el desarrollo de soluciones de seguridad adaptadas o específicamente diseñadas para este tipo de dispositivos. Aun así, la concienciación y educación de los usuarios siguen siendo un elemento clave en la protección de individuos y empresas.
Aumento de ataques a empresas basándose en debilidades de sus partners
Por otro lado, el aumento de los ataques a empresas basándose en debilidades de sus partners obliga a ampliar el ámbito de gestión del riesgo y a adoptar nuevas herramientas orientadas a analizar y automatizar los procesos que permiten conocer y gestionar estos riesgos crecientes. Ante este escenario, los modelos de seguridad tradicionales basados en perímetro ya no valen, obligando a adoptar estrategias de confianza cero y detección post-brechas. Adicionalmente, las empresas van tomando conciencia de la inevitabilidad de sufrir un ataque, y la importancia de contratar un ciberseguro.
La figura del CISO cada vez más relevante
En este sentido la figura del CISO sigue cobrando cada vez más importancia en el sector, teniendo en cuenta la falta de profesionales cualificados que existen. Además desde el informe señalan un aumento de ataques sofisticados, que antes se reducían al ámbito de estados e infraestructuras críticas se amplían a otras organizaciones, y el fraude online salta la barrera del entorno financiero para extenderse a otros sectores; todo ello lleva a reforzar la protección de la información privada, aspecto este que continúa siendo un reto, especialmente en entornos internacionales.
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