Dentro del marco de la 'CHIPS and Science Act', la Administración Biden ha desglosado este paquete de ayudas en subvenciones directas por un valor de 8.500 millones de dólares (7.839 millones de euros) y una línea de crédito adicional que asciende a 11.000 millones de dólares (10.145 millones de euros). Además, Intel podrá beneficiarse de un plan de ventajas fiscales que le permitirá reclamar hasta el 25% del gasto de capital realizado.
"Hoy es un momento decisivo para Estados Unidos e Intel, ya que trabajamos para impulsar el próximo gran capítulo de la innovación estadounidense en semiconductores", destaca Pat Gelsinger, CEO de Intel. "El apoyo de la Ley CHIPS ayudará a garantizar que Intel y Estados Unidos se mantengan a la vanguardia de la era de la IA mientras construimos una cadena de suministro de semiconductores resistente y sostenible para impulsar el futuro de nuestra nación”, asegura Gelsinger.
Este respaldo económico está diseñado para cubrir un ambicioso plan de inversión de Intel que asciende a 100.000 millones de dólares (92.226 millones de euros) y que se desplegará a lo largo de los próximos cinco años en diversos estados del país norteamericano, incluyendo Arizona, Nuevo México, Ohio y Oregón. Estas inversiones buscan fortalecer la infraestructura tecnológica de Estados Unidos y generar alrededor de 10.000 empleos directos altamente cualificados y otros 20.000 empleos durante la fase de construcción de los proyectos.
La secretaria de Comercio, Gina Raimondo, ha subrayado la importancia de este acuerdo, describiéndolo como un paso crucial para asegurar el liderazgo industrial de Estados Unidos en el siglo XXI. La inversión en Intel se cuenta entre las mayores jamás realizadas en el sector de la fabricación de semiconductores en el país, prometiendo impulsar una nueva era de innovación tecnológica y creación de empleo.
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