Estas ayudas son pioneras en Europa, lo que ha requerido un largo proceso de aprobación por parte de Bruselas que se logró hace solo dos semanas, aunque Bruselas aprobó un presupuesto de hasta 680 millones, y que busca evitar la aparición de una brecha territorial en el despliegue de la 5G.
Estas ayudas están dirigidas a los operadores con derechos de uso de frecuencias en las bandas 5G para incentivarles al desplegar esta tecnología en municipios de menor tamaño y UTEs entre las que se encuentre algún operador con las características requeridas.
Entre los distintos aspectos técnicos incluidos, las bases reguladoras de estas ayudas se encuentra la provisión de equipamiento necesario activo, pasivo y la infraestructura adicional como el backhaul, necesarios para prestar servicios de 5G SA.
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En este sentido, las ayudas afectan a los emplazamientos que deberá proporcionar en las zonas elegibles incluidas en su ámbito de cobertura, servicios 5G SA con las características de valor añadido de edge computing y network slicing con una velocidad mínima de 100Mbps para el enlace descendente con un equipamiento que podrá incluir los elementos de unidad de banda base, unidad de radio, antenas y elementos complementarios.
También se incluyen otros equipamientos, aunque solo en el caso de los municipios de menos de 5.000 habitantes, que podrán usar las ayudas para financiar la conexión backhaul de fibra óptica, obras de ingeniería civil y algunos elementos pasivos necesarios para el despliegue de fibra oscura, así como elementos activos necesarios para la iluminación de la fibra y para la gestión del tráfico de datos.
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