En particular, las empresas se sitúan como la institución en la que más confían los ciudadanos, con un 56% de confianza, lo que representa un aumento de 7 puntos respecto al año anterior. Además, las empresas son percibidas como las únicas éticas y competentes. Las ONG mantienen una confianza media del 53% y continúan siendo consideradas la institución más ética. Los medios de comunicación experimentan un aumento de dos puntos en su confianza respecto al año anterior, alcanzando el 40%. Por su parte, el gobierno mantiene sus niveles de confianza en un 36%, lo que lo sitúa como la institución en la que menos se confía.
Aunque la confianza en las instituciones ha aumentado, España todavía se encuentra en territorios de desconfianza, con 46 puntos. Esto está en línea con el resto de los países de Europa, en un momento de grandes cambios en el que persiste la búsqueda de la verdad y el temor a la desinformación. De hecho, el 60% de los españoles temen la desinformación. Sin embargo, líderes como "Mi CEO" experimentan un aumento significativo en la confianza, con un 59% de confianza y un aumento de 11 puntos respecto al año anterior. Por otro lado, periodistas (38%), CEOs (36%) y líderes del gobierno (29%) se mantienen en posiciones de desconfianza.
En cuanto a la gestión de la innovación, el 43% de los encuestados en España considera que está mal gestionada, mientras que el 28% afirma que está bien gestionada. Esta percepción se aplica a todos los rangos de edad, niveles de ingresos y género. Los resultados del Edelman Trust Barometer 2024 muestran una relación clara entre la confianza y la gestión de la innovación: cuando se percibe que la innovación está bien gestionada, aumenta su aceptación y adopción. Por otro lado, aquellos que consideran que la innovación está mal gestionada creen que la tecnología avanza demasiado rápido, lo que provoca una visión negativa del avance y una sensación de brecha de desigualdad.
Finalmente, en lo que respecta a España, todavía se encuentra en posiciones de desconfianza, la confianza en las instituciones ha aumentado en casi todos los parámetros analizados. Sin embargo, persisten preocupaciones sobre la gestión de la innovación y la brecha de desigualdad que puede generar.
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