El último Global Spectrum Pricing Report de la GSMA expone una tendencia preocupante para el sector de las telecomunicaciones: el peso creciente del coste del espectro sobre los ingresos de los operadores móviles.
A pesar de que el precio medio por MHz ha caído desde 2014, el incremento en la cantidad de espectro adquirido, sumado a una drástica caída en los ingresos generados por unidad de espectro, ha incrementado significativamente la carga económica.
Según el informe, los costes acumulados del espectro a nivel global representaron en 2023 el 7% de los ingresos totales de los operadores, un aumento del 63% respecto a 2014. Este encarecimiento relativo se produce en un contexto en el que los operadores han tenido que ampliar su tenencia de espectro en un 80% durante la última década, con el fin de responder al crecimiento del tráfico de datos y la demanda de servicios móviles, especialmente 4G y 5G.
Un modelo insostenible para la inversión en infraestructura
La GSMA subraya que este aumento en los costes del espectro limita directamente la capacidad de inversión de las empresas en redes de nueva generación. A pesar de la disminución del coste por MHz en algunas bandas —hasta un 75% desde 2014— y de la bajada de precios para los consumidores, el desequilibrio entre costes y rentabilidad pone en riesgo el despliegue eficiente de infraestructuras clave.
Los ingresos por gigabyte han caído un 96% en la última década
Los ingresos por gigabyte han caído un 96% en la última década, lo que evidencia una presión constante sobre los márgenes de los operadores. La combinación de menores ingresos por tráfico de datos y altos costes de espectro crea un entorno desfavorable para la mejora de la cobertura y velocidad de red, afectando tanto a los usuarios como al desarrollo de las economías digitales.
El informe apunta a varias decisiones regulatorias como responsables del aumento artificial de los costes: precios de reserva elevados, escasez provocada intencionalmente y condiciones de licencia restrictivas. En algunos mercados, los costes del espectro alcanzan hasta un 25% de los ingresos de los operadores, un nivel considerado insostenible para garantizar inversiones a largo plazo.
“Un dólar solo puede gastarse una vez, y los costes elevados del espectro pueden asfixiar la inversión justo cuando la necesidad de conectividad asequible y fiable es más urgente que nunca”, advierte Vivek Badrinath, director general de la GSMA. “Los gobiernos y reguladores deben priorizar políticas de precios del espectro que reflejen la realidad del mercado y fomenten el crecimiento digital a largo plazo”, apunta el directivo.
Con cerca de mil licencias de espectro que expirarán en todo el mundo antes de 2030, la GSMA considera que los próximos procesos de renovación ofrecen una ocasión clave para redefinir las políticas de precios.
Por todo ello, la organización insta a los responsables políticos a ajustar sus enfoques para incentivar el desarrollo de redes móviles más rápidas, inclusivas y sostenibles, pilares esenciales para el futuro de las telecomunicaciones.