Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), en colaboración con la Universidad Complutense, han estudiado cómo perciben los pasajeros de vehículos autónomos distintas situaciones de riesgo. El análisis se ha realizado midiendo la dilatación de las pupilas, una variable fisiológica relacionada con la activación emocional.
Los resultados muestran que la percepción del riesgo se centra principalmente en la autoprotección. Los pasajeros reaccionan con mayor intensidad cuando el peligro les afecta directamente, lo que indica una respuesta prioritaria ante amenazas a su propia seguridad frente a riesgos para terceros.
Mayor respuesta ante riesgos personales
El experimento incluyó dos escenarios. En uno, un peatón aparecía de forma repentina en un paso de cebra. En el otro, el vehículo debía esquivar un coche averiado. En ambos casos se registró un aumento del diámetro pupilar, pero fue mayor en el segundo caso, cuando el riesgo era para los ocupantes.
“La dilatación pupilar fue estadísticamente mayor en presencia del vehículo averiado, lo que indica una mayor percepción del riesgo por parte del pasajero”, ha señalado José Eugenio Naranjo, del Instituto de Investigación del Automóvil (INSIA) de la UPM.
El estudio plantea que el análisis fisiológico puede incorporarse al entrenamiento de algoritmos de conducción. Según los investigadores, los datos obtenidos permiten ajustar la respuesta de los sistemas automatizados a partir del comportamiento humano.
“La inteligencia artificial debe adaptarse a cómo perciben los usuarios el entorno y el riesgo”
“La inteligencia artificial debe adaptarse a cómo perciben los usuarios el entorno y el riesgo”, ha añadido José Eugenio Naranjo, del Instituto de Investigación del Automóvil (INSIA) de la UPM.
Implicaciones para la regulación
Los autores consideran que este patrón de respuesta debe tenerse en cuenta en el diseño de vehículos, pero también advierten de la necesidad de establecer políticas públicas que equilibren la seguridad individual con el interés colectivo.