OpenAI y Microsoft han dado un paso más en su relación estratégica en el campo de la Inteligencia Artificial (IA). Ambas compañías han anunciado la firma de un nuevo memorando de entendimiento (MOU) no vinculante, con el que buscan avanzar hacia una nueva etapa de cooperación y reafirmar su compromiso común de ofrecer “las mejores herramientas de IA para todos”.
La alianza entre ambas tecnológicas se ha visto tensionada en los últimos meses. Por un lado, OpenAI ha intensificado sus planes de abandonar el modelo sin fines de lucro con el que nació, lo que choca con los intereses de Microsoft. Por otro, la compañía de Redmond aspira a mantener acceso privilegiado a la tecnología de OpenAI más allá de 2030, fecha en la que expira el acuerdo actual.
Ahora, con este nuevo memorando, las dos empresas han actualizado los términos de su relación. En un comunicado conjunto publicado en el blog de OpenAI, señalaron que están “trabajando activamente” para transformar este marco inicial en un acuerdo definitivo. El foco, subrayaron, está en garantizar la seguridad y en que las soluciones de IA lleguen al mayor número posible de usuarios.
Aunque por el momento no han trascendido detalles concretos, el futuro contrato renegociará los términos financieros y la forma en que se comparten los ingresos derivados del uso de estas tecnologías. También se prevé revisar las condiciones que limitan el acceso de Microsoft a los sistemas más potentes de OpenAI en caso de que la junta de la organización considere que se ha alcanzado la inteligencia artificial general (AGI).
La relación entre ambas compañías comenzó en 2019 con la integración de los servicios de Azure en el entrenamiento de grandes modelos de lenguaje. En enero de este año, tras una revisión de su acuerdo, OpenAI dejó de depender de la infraestructura de Microsoft para entrenar sus modelos, aunque la tecnológica estadounidense mantuvo hasta 2030 los derechos sobre su propiedad intelectual.
Mientras tanto, OpenAI avanza en su plan de reestructuración, que contempla mantener una parte de su junta sin fines de lucro para velar por la investigación en IA general, al tiempo que desarrolla una división comercial con fines económicos. Además, la compañía dirigida por Sam Altman destinará una participación accionarial de al menos 100.000 millones de dólares a esa rama sin fines de lucro, que seguirá supervisando y tomando decisiones clave sobre el futuro de la organización.