Uno de cada tres españoles que se desplazan al trabajo asegura haber sorprendido a alguien mirando la pantalla de su móvil, según un estudio de NordVPN. La práctica, conocida como shoulder surfing, se ha convertido en un riesgo creciente para la privacidad digital en entornos públicos.
El informe revela que el 54% de los españoles viaja en transporte público y que el 55% pasa hasta una hora navegando por internet durante sus trayectos. Entre ellos, una cuarta parte utiliza ese tiempo para realizar tareas laborales, lo que multiplica los riesgos si se accede a correos o documentos corporativos desde redes no seguras.
De hecho, uno de cada cuatro viajeros reconoce conectarse a redes wifi públicas, un hábito que aumenta la exposición a posibles ciberataques. En ese contexto, el shoulder surfing no solo afecta a la privacidad individual, sino que también puede comprometer información confidencial de las empresas.
El estudio apunta además que un 20% de los españoles ya ha optado por instalar protectores de pantalla con tecnología antirreflejos y de ángulo limitado, una solución sencilla que dificulta la visión lateral y reduce el riesgo de miradas indiscretas.
Por su parte, Marijus Briedis, director de Tecnología de NordVPN, recuerda que la mayoría de los trayectos en transporte público “están exentos de riesgos”, pero advierte de la necesidad de mantenerse alerta ante posibles intrusos. “Cada vez son más frecuentes los casos de shoulder surfing. A veces se trata solo de curiosos, pero otras veces tu actividad podría estar siendo vigilada sin que te des cuenta”, ha señalado.
El experto recomienda evitar acceder a información sensible, como la banca móvil o contraseñas, durante los desplazamientos, así como instalar una pantalla de privacidad o utilizar una VPN cuando se recurre a redes públicas. “Los españoles están tan comprometidos con su trabajo que muchos comienzan su jornada en el trayecto. Pero si usas tus dispositivos para acceder a datos de la empresa, no solo te pones en riesgo tú, también tu organización”, ha añadido.
Por este motivo, Briedis aconseja lo siguiente, “si algo es realmente confidencial, mejor espera a estar en la oficina.”