El mercado mundial de wearables deportivos se multiplicará por cuatro y crecerá desde los 2.300 millones de dólares de 2025 hasta los 9.400 millones de 2035. La salud y el rendimiento de los atletas está en juego, de ahí que no extrañe ver cómo los deportistas y equipos apuestan por todo tipo de tecnologías para cuidar su cuerpo y su mente.
Precisamente, en este último aspecto, el pívot de los Denver Nuggets, Jonas Valanciunas, se ha sumado a una creciente lista de jugadores de la NBA como el lituano Domantas Sabonis (Sacramento Kings) o el rookie Matas Buzelis (Chicago Bulls), que están apostando por la neurotecnología.
Valanciunas, acaba de firmar como embajador global de Pulsetto, la startup lituana que ha desarrollado un dispositivo wearable capaz de estimular directamente el nervio vago para inducir descanso profundo en cuestión de minutos. No es un smartwatch más: el Pulsetto FIT es un collar ligero que, mediante impulsos eléctricos precisos y patentados, activa el sistema parasimpático –el “botón de reset” natural del cuerpo– y está cambiando la forma en que los jugadores de élite gestionan estrés, viajes transcontinentales y la exigencia mental de la NBA.
“Con Pulsetto FIT consigo bajar revoluciones en 4-5 minutos, duermo toda la noche de un tirón"
“El baloncesto me da vida, pero también me la quita: los vuelos nocturnos, la presión constante… Hay noches en que el cerebro simplemente no desconecta”, explicaba Valanciunas. “Con Pulsetto FIT consigo bajar revoluciones en 4-5 minutos, duermo toda la noche de un tirón y al día siguiente estoy al 100%. Es como tener un interruptor para el sistema nervioso”.
Los datos clínicos respaldan la experiencia del lituano. En un ensayo independiente realizado durante cuatro semanas con uso dos veces al día, el dispositivo redujo el estrés un 55,9%, la ansiedad un 45,3% y los trastornos del sueño un 41% al final del periodo. Ya a las dos semanas los descensos eran del 39,2%, 31,3% y 32% respectivamente. Números que han llamado la atención de los departamentos médicos de varias franquicias.
El lituano, que este verano estuvo a punto de hacer las maletas para volver a Europa, está cosechando grandes números como reserva de Jokic, a pesar de que es la temporada que menos minutos disputa. En una competición en la que los partidos se resuelven por pequeños detalles, quizá el secreto de esta buena temporada radique en este pequeño dispositivo de neurotecnología.
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