Neil Harbisson es un joven al que a través de una operación le han insertado una antena en la cabeza y un chip que le permite escuchar los colores, recibir llamadas y consultar Internet. Es el primer cyborg reconocido por un gobierno y es muy cercano a España ya que pasó su infancia en Mataró, Cataluña.
Neil, de padre irlandés y madre hispano-alemana, nació con una enfermedad llamada acromatopsia que le impide ver los colores. Todo lo ve en blanco y negro. Pero gracias a la inserción de la antena cibernética y los implantes de vibración es capaz de escuchar los colores. Además, la antena registra colores invisibles para el ojo humano como infrarrojos y ultravioletas. “Todo el mundo tendría que poder registrar estos colores, ya que son nocivos para la piel. La vida será mucho más emocionante cuando dejemos de crear aplicaciones para móviles y empecemos a crear aplicaciones para nuestro cuerpo”, declara Harbisson.
Para asociar los colores a los sonidos Harbisson ha tenido que estudiar y memorizar mucho, pero ahora ya lo hace de forma automática. “Ahora es cuando siento que me he convertido en un verdadero cyborg”, aseguraba en una charla TED.
Este joven, que paso su infancia y adolescencia en el pueblo catalán de Mataró, tiene muy claro que los cyborg son el siguiente paso de la evolución. “Si los sentidos aumentan el conocimiento, al aumentar éstos el conocimiento también incrementará. Es lógico.”, confiesa Harbisson, que ya tiene su carnet de identidad con la antena -el primero que se permite con un aparato electrónico en la foto- y que ha creado también la fundación Cyborg, que ayuda a las personas que quieren dar el paso de convertirse y pelea por sus derechos.
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