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Prueba Samsung Galaxy Tab (2). Por qué un TAB

Por Pilar Bernat
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pbernattelycom4com /7/7/16
miércoles 22 de octubre de 2014, 13:04h

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Prueba-test Samsung Galaxy TAB. El pasado 4 de octubre se presentó en Madrid, durante la celebración de SIMO, el Samsung Galaxy TAB, un terminal por el que el público asistente, en su mayoría profesional, mostró gran interés y que nos llevó a preguntarnos por qué aquellas personas lo querían o por qué había empresarios que lo encargaban como herramienta de trabajo para todos sus empleados.

Y además del hecho de ser un ‘gadget’ de moda, de haber levantado muchísima expectación en el mercado o de que los técnicos consideren que en los próximos tres años este tipo de dispositivos va a sustituir a los portátiles, lo primero que hay que tener en cuenta es su funcionalidad en el entorno que vivimos. Características esenciales de la Sociedad de la Información en la que nos encontramos inmersos son dos términos fundamentales: comunicación e inmediatez. Las nuevas tecnologías, la evolución de las redes, los nuevos formatos nos arrastran, poco a poco, a engancharnos a una adicción vital: el conocimiento.

Y cuando decimos conocimiento no sólo nos referimos a la posibilidad de consulta o estudios sobre múltiples materias –que también- sino al hecho de saber: saber dónde estoy, saber qué hacen mis amigos, saber qué ocurre en mi oficina en mi ausencia, saber en qué estado se encuentra un pedido, saber cuáles son las últimas tendencias de moda, saber cómo y a dónde puedo viajar, saber qué música se escucha, saber cómo se entretiene la gente... pero no nos conformamos con eso, además de querer saber, queremos participar, ser protagonistas, ser omnipresentes. Y si históricamente, a una necesidad se responde con una oferta, el siglo XXI ha venido cargado de necesidades que desconocíamos que teníamos y a las que la industria está dando respuesta incluso antes de que los consumidores nos concienciemos de ella; las reglas se están invirtiendo, la tecnología empuja a la sociedad hacia una evolución vertiginosa. Y en este estado de cosas, surge un nuevo escenario: el multiformato. Y la revolución viene de la mano de algo que ya existía y que había desarrollado Microsoft hace muchos años, pero que, actualmente, por forma, tamaño, precio y funcionalidad adquiere un nuevo sentido: ‘los tablets’ (no nos gusta el término tableta, tal vez el correcto, por los distintos significados que tiene en castellano, tanto en España como en los países latinos). Un tablet, en 2010, es la última expresión de un portátil; la conjunción de la informática, la comunicación, el mundo editorial y la electrónica de consumo (entretenimiento). Entre sus características básicas: capacidad de conexión inalámbrica y de personalización en cuanto a configuración, aspecto y uso; debe tener acceso a Internet, ser multitarea y multimedia. Y cuando decimos multimedia, decimos: radio (FM o Internet), reproductor de música y vídeo, cámara, televisión, lector electrónico (libros y prensa) y videoconsola. Un TAB, como ha denominado Samsung muy acertadamente a su primer dispositivo de este tipo, es táctil, es en color, es ágil (capacidad de proceso), es fácilmente transportable, útil, intuitivo y sencillo. Además, es objeto de deseo, es tendencia y es modernidad. A todas estas características y a muchas más, responde el Galaxy S TAB, un ‘cacharro infernal’ y adictivo que cuanto más usamos, más partido le queremos sacar. Su prueba técnica la realizamos en nuestro anterior número de ‘Telefonía y Comunicaciones para Todos’ desde Berlín, ciudad en que fue presentado con motivo de la IFA, pero hay datos que conviene recordar e incluso analizar. Lo mejor que tiene Poco más pequeño que una cuartilla, y con pantalla TFT WSVGA (600x1024 px) capacitiva (se toca suavemente con el dedo), cabría preguntarse el por qué del tamaño, 7 pulgadas de diagonal, y encontraríamos que las respuestas pueden ser varias: una, la de ser fácilmente transportable, de hecho hemos probado lo del bolsillo interno de los trajes de caballero o el de abrigos y chaquetones convencionales y, efectivamente, cabe sin grandes esfuerzos. Una segunda idea puede ser el uso como navegador GPS (se vende el soporte aparte), ya que lleva sistema de geolocalización integrado, Google Maps o navegación por voz giro a giro (Navigation) y la DGT acepta dispositivos máximo de 7”; pero esto, en principio afectaría sólo a España y el TAB se comercializa mundialmente. Una tercera idea puede ser que los diseñadores hayan realizados estudios de mercado y estadísticos para que su terminal se acerque a la perfección; pero, lo más probable es que Google, impulsor del sistema operativo Android, que en su versión más actual, Froyo 2.2, equipa este Galaxy, no se implica en terminales de más de 7” porque es el tamaño máximo para que todas las aplicaciones que escriben los desarrolladores corran perfectamente. Y si bien es cierto que Samsung tiene pantallas más evolucionadas, tal vez las mejores del mercado, también lo es que el fabricante debe equilibrar el terminal para que sea accesible a la mayoría de los bolsillos y el operador pueda ofrecer un cuadro de tarifas interesante. A este respecto, señalar que lo van a comercializar los tres grandes operadores de telefonía móvil en España, pero que, hasta ahora sólo Vodafone ha publicado su oferta: desde 149 euros más tarifa plana de datos y voz si procede. Más ligero que otros productos similares y a diferencia de éstos, el TAB de Samsung permite transmitir voz (con auricular Bluetooth); es perfecto para realizar videoconferencias, tanto por su calidad de imagen como por la de audio (tiene una base de sobremesa que se vende como accesorio), lleva Office integrado de serie (ThinkFree) para leer, crear y editar documentos y navegación web sin limitaciones, de hecho, soporta flash 10.1. En cuanto a la experiencia de vídeo, sus creadores aseguran que es lo mejor que se ha inventado desde las palomitas; entre otras cosas, reproduce Full HD y archivos DivX y lleva sistema de sonido Sound Alive 3D. Las películas, música o documentos los podemos cargar en una tarjeta de memoria externa microSD (interna hay versión de 16 y 32 GB) que se introduce fácilmente en la ranura lateral; aunque hay que mencionar que Samsung ha creado su propio video club on line. Y llega la hora de la conectividad: 7.2 Mbps en bajada y 5.7 en subida, a través de la red móvil del operador; pero, además, soporta WiFi a/b/g y n, Bluetooth 3.0 (intercambia archivos) con A2DP (estéreo) y sistema de conexión integral entre dispositivos DLNA.

 

Un día a día diferente

Pero todo esto, ¿qué significa? Pues supongamos que somos usuarios del transporte público, que vivimos en  Madrid y que somos trabajadores autónomos. Salimos de casa temprano con nuestro TAB en el bolsillo. Mientras llega el bus o el tren, leemos el periódico del día con el Reader Hub y oímos un poco de música (hace tiempo que nos suscribimos a Spotify). Tenemos suerte, hay asientos libres y como el ayuntamiento ha tenido la amabilidad de poner WiFi gratis en los autobuses de la EMT para todos los madrileños; aprovechamos la coyuntura y leemos lo que se rumorea en nuestras redes sociales o nuestro correo electrónico (por cierto que el cliente de correo del TAB ofrece vista previa, así es que nos evitamos el proceso de abrir cada mail y volver atrás) . Si hay que escribir algo, no hay problema: Android nos ofrece más de 200 tipos de teclados virtuales para estos dispositivos de forma que podemos elegir el que más nos guste; nosotros usamos Thickbutton aún conscientes de que la mayoría prefieren el Samsung que viene por defecto o el ya popular Swype (no tecleamos sino que barremos las letras que componen la palabra y el sistema las ‘adivina’). Ya puestos, tomamos unas notas, revisamos nuestra agenda (se sincroniza automáticamente con Google calendar u otros) y nuestra lista de tareas (a mí me gusta BI Notes). Menos mal que el sistema es ágil y que si falla WiFi disponemos de 3G+ porque el recorrido no es muy largo. Buscamos la página de RTVE y vemos el telediario en cuatro minutos. Ya estamos preparados para enfrentar el día... ¿Twitteamos un poco? Al llegar a la oficina, las llamadas de rigor. Tenemos que contrastar unas informaciones y como queremos tomar notas mientras hablamos, recurrimos a la videoconferencia. Nos empiezan a llegar los mil y un mensajes por WhatsApp (mensajería instantánea de moda gratis para Android); los niños están en clase, los compañeros trabajando... todo en orden. Mi interlocutor me pide unos documentos que he corregido en el ordenador de casa; pero no hay problema porque recuerdo que los arrastré a mi Dropbox antes de salir y, por tanto, los tengo disponibles en el TAB; ya no me hace falta ni llamar para que me los envíen por correo. ¡Vaya inventos! Empieza la rutina y sueño con llegar a casa. Me he cargado unas películas en el tablet que veremos en familia en la pantalla de la tele. Por cierto, que gran invento esto de poder convertir los móviles  Samsung (TAB incluido) en control remoto. ¡Alguna ventaja tiene que tener ser fiel a una marca! Entre otras cosas, da igual dónde estén mis contenidos, por DLNA los puedo gestionar desde cualquier lado. Pero ya llegará ese momento, ahora hay que trabajar. A la vuelta, me voy a echar un Backgammon contra esta maquinita. ¡A ver quién gana!