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miércoles 01 de julio de 2020, 09:00h

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Un estudio de Lenovo revela que, en la adopción de nuevas tecnologías, las empresas no tienen en cuenta a los empleados. A los empleados y los equipos de TI les cuesta hacer frente al ritmo y la complejidad de la transformación digital, y el potencial de las nuevas tecnologías sigue sin aprovecharse plenamente. Ha llegado el momento de que las compañías se centren en el plano humano y sitúen a las personas en el epicentro de las decisiones empresariales.

Lenovo ha dado a conocer un nuevo estudio en el que se ha determinado que las organizaciones sitúan los objetivos empresariales y de los accionistas por delante de las necesidades de los empleados a la hora de adoptar nuevas tecnologías. El estudio, realizado entre 1.000 directores de TI en toda la región EMEA, concluyó que solo el 6% de los directores de TI considera a los usuarios como su principal prioridad a la hora de realizar inversiones en tecnología.

Este enfoque de la adopción de TI está generando, en última instancia, una merma para la productividad. Cuando las empresas implantan nuevas tecnologías sin tener en cuenta el impacto humano, muchos empleados se ven abrumados por la complejidad y el ritmo del cambio, y el 47% de los directores de TI han manifestado que los usuarios tienen dificultades para adoptar nuevos programas informáticos.

Potencial sin explotar

Es comprensible que las compañías quieran adoptar cuanto antes tecnologías transformadoras, como la Inteligencia Artificial y el Internet de las cosas. Las ventajas que prometen —innovación, mejora de la productividad, reducción de costes y optimización de la experiencia del cliente— son tentadoras para cualquier organización, pero su verdadero potencial no se aprovecha en absoluto si la adopción se basa únicamente en objetivos empresariales.

El 52% de los directores de TI son optimistas sobre la capacidad de las tecnologías emergentes.

Si bien la tecnología implantada con éxito debería facilitar que tanto empleados como empresas realicen notables logros, una estrategia deficiente puede hacer que la tecnología se convierta en un inhibidor, al poner obstáculos a los usuarios, cuyas necesidades no se han estudiado y atendido cuidadosamente. Casi la mitad (el 48%) de los encuestados reveló un resultado negativo cuando las implantaciones de tecnología han inhibido activamente la capacidad de funcionamiento de sus equipos.

Las organizaciones también deberían plantearse preguntas orientadas a su personal en cualquier proceso de adopción: ¿es esta tecnología intuitiva? ¿Resolverá problemas para los empleados en lugar de crearlos? Al adoptar estos pasos, las compañías pueden materializar las ventajas que prometen las nuevas herramientas, con el aumento de la productividad y la innovación que ello conlleva. De hecho, el 52% de los directores de TI son optimistas sobre la capacidad de las tecnologías emergentes para brindar una mayor productividad.

Sin embargo, dado que el 21% de los usuarios afirma que las nuevas tecnologías han ralentizado los procesos, es imperativo que las empresas adopten la tecnología adecuada en el momento oportuno. También es de vital importancia que las compañías tengan en cuenta a todos los miembros de la organización, desde los que las utilizan a diario, hasta los equipos de TI que las implantan, pasando por los miembros del Consejo.

Empresas responsables en la «nueva normalidad»

En este momento, las organizaciones están reevaluando cómo operar para abrirse camino en la nueva normalidad. Ser una empresa responsable debe ser ahora una prioridad: situar el impacto humano al mismo nivel que la consecución de los objetivos empresariales. Dado que el 62% de los directores de TI declaran que sus decisiones de inversión se basan totalmente en cuestiones empresariales, será necesario un cambio de mentalidad fundamental en muchas compañías.

No obstante, a medida que se adoptan políticas de trabajo flexible para proporcionar más apoyo a los empleados durante la COVID-19, está empezando a surgir un enfoque que da prioridad a las personas, ya que el 70% de los encuestados ve más énfasis dentro de su organización en los negocios responsables.

Los proveedores de TI, cuyas carteras de productos pueden permitir a las empresas centrarse en el plano humano, ayudarán a los empleados a aceptar el cambio y les permitirán ser más productivos. Y lo conseguirán gracias a una mentalidad abierta en su colaboración con otras organizaciones, desde la reflexión sobre los resultados de los clientes, no solo sobre la adopción, aligerando la carga de los clientes y del departamento de TI, y ayudando a priorizar la capacidad de uso y la experiencia.

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