
España es uno de los mercados más intensos a escala europea en ventas de reproductores MP3 y MP4, especialmente de estos últimos, que básicamente se diferencian de los anteriores por el don de reproducir vídeo e imágenes además de música. Dimitri Cazeau, product manager de audio y video de Samsung, ratifica el buen estado de salud del mercado español: “En España la venta de equipos MP4 está por encima del 50% del total de reproductores vendidos, lo que contrasta con el 30% de los MP4 que se comercializan en Europa. Este fenómeno se debe a los precios, ya que por una cifra de aproximadamente 45 euros se pueden encontrar en el mercado español reproductores de MP4”. Si a esto se suma la penetración de la telefonía móvil en nuestro país, también por encima de la media europea, y la incorporación ya casi generalizada de reproductores de música en MP3 en los terminales, lo que hace unos años era una sonrisa beatífica en el rostro de los fabricantes de MP3 ahora se torna, cuando menos, en una mohín de preocupante seriedad. La expansión de los móviles está amenazando la supervivencia de un mercado que hasta hace unos años era coto vedado a unos pocos fabricantes que exclusivamente se dedicaban a esta clase de dispositivos. El arma que esgrimen ahora algunas de estas firmas para defender sus intereses respecto a los teléfonos con MP3 es que sus dispositivos ofrecen una mayor calidad. Pero lo cierto es que es posible encontrar teléfonos móviles con calidad similar o incluso mejor a la de cualquier equipo pensado únicamente para el entretenimiento musical. Para justificar esta aseveración, nos ceñiremos a lo largo de este artículo las claves y especificaciones técnicas que sitúan unos reproductores por encima de otros.
La importancia de la fuente
La calidad de la canción que se va a reproducir es el primer punto a tener en cuenta a la hora de analizar la calidad de un reproductor. Es importante disponer de un archivo en MP3 cuya calidad esté por encima de los 128Kbps (los expertos afirman que por debajo de esta cifra el oído humano reconoce las imperfecciones del sonido). Se trata de algo que se tiene muy poco en cuenta pero que es de importancia capital, dado que si el archivo a reproducir se sitúa por debajo de la cifra antes referida, por logrado que sea el dispositivo de reproducción, nunca obtendremos la perfección de sonido esperada.
Entrando en materia El oído humano, destino final de las pistas musicales, es capaz de reconocer todos los sonidos que se encuentren en una frecuencia de entre 20 y los 20.000 Hercios. Aquí es donde se posiciona uno de los factores más importantes a la hora de calificar un reproductor como mejor que otro. Si echamos la vista atrás –o quizás mejor el oído- posiblemente recordaremos el sonido pobre y metálico de los primeros teléfonos móviles que se lanzaron al mercado. Pues bien, hay que decir que aquellos primeros celulares ofrecían un rango entre 1.000 y 4.000 ó 1.000 y 5.000 hercios. Este es el motivo por el que el sonido no era, ni mucho menos, perfecto, si bien ofrecían la calidad necesaria para mantener una conversación comprensible a todos los niveles. En el caso de la reproducción musical se requiere un sonido mucho más cercano a la fuente original, a la composición primigenia de la canción o pista de sonido y lo mejor para ello es ofrecer toda la horquilla ‘herciana’ que es capaz de reconocer el oído humano. Hay que subrayar que en los rangos bajos (en torno a 20 hercios) se encuentran los sonidos agudos, y a medida que se asciende (20.000 hercios), los graves. Los reproductores más vendidos de todo el mundo y que más calidad atesoran según diversos expertos y usuarios -nos estamos refiriendo a los iPod de Apple- son capaces de asumir el rango de entre 20 y 20.000 hercios. En resumen, se puede decir a grosso modo que la calidad de un reproductor MP3 o MP4 viene dada por sus posibilidades de respuesta de frecuencias. Dicho esto, existen otros factores adicionales que distinguen también unos reproductores de otros por su calidad de sonido. Por un lado están los estándares de ecualización de graves y agudos, que suelen variar para cada fabricante, así como los sistemas de cancelación de ruidos, los protocolos de aislamiento de sonidos externos y, finalmente, los auriculares.
La importancia de unos buenos auriculares
Precisamente los auriculares, es decir, la fuente de la que brota el manantial que llenará los oídos del usuario de bienestar sonoro, es otro de los factores más importantes a la hora de disfrutar de una buena reproducción. Paradójicamente, muchos usuarios no prestan demasiada atención a este aspecto y, aún con buenos reproductores en sus bolsillos, disfrutan de una menor calidad debido a los auriculares que utilizan. Por ello es importante que el reproductor de sonido que se adquiera disponga de una pareja de auriculares con una calidad acorde a las pretensiones del dispositivo de reproducción. Resumiendo, dónde se encuentran las claves a la hora de decantarnos por uno u otro reproductor de MP3, bien sea un dispositivo especialmente a la música bien sea un teléfono, y dejando al margen un elemento externo como lo es la calidad de las canciones que se van a reproducir, hay tres factores prioritarios. Por un lado está la respuesta de frecuencias del chip del equipo, por el otro sus posibilidades de ecualización y sistemas de depuración de sonido, y por último los auriculares. Estos son los elementos a tener más en cuenta sobre el mostrador del comercio de turno a la hora de adquirir un MP3.