Según explica el ministerio, el plan es formular más de 50 estándares nacionales e industriales para la Inteligencia Artificial para 2026. Además, busca participar en la creación de más de 20 estándares internacionales para la IA en ese plazo.
Este movimiento se produce en un momento en que China intenta alcanzar a Estados Unidos en el desarrollo de IA, especialmente tras el impacto global generado por el chatbot ChatGPT de la compañía estadounidense OpenAI a finales de 2022.
Las directrices buscan aprovechar las oportunidades tempranas del desarrollo de la industria de IA. El ministerio señaló que el 60% de los estándares propuestos deberían estar dirigidos a servir "tecnologías clave generales y proyectos de desarrollo de aplicaciones". Con ello, se espera que más de 1.000 empresas adopten y aboguen por estos nuevos estándares. El enfoque en la eficiencia energética de los sistemas también forma parte de este esfuerzo, apoyando los objetivos climáticos europeos bajo el Green Deal.
El año pasado, la IA se convirtió en un tema de discusión mundial gracias a plataformas como ChatGPT. Reguladores de todo el mundo, incluida China, han estado trabajando para responder a los desafíos que presentan los productos de IA sin reducir su capacidad de aprovechar su poder. Beijing ha sido activo en la formulación de regulaciones para IA, incluyendo un régimen de licencias para productos similares a ChatGPT en el país.
Nueva regulación en China
En 2024, se espera que China anuncie su propia ley integral de IA, siguiendo los pasos de la Unión Europea. El año pasado, el órgano de gobierno superior de China publicó una lista de legislaciones en las que estaban trabajando, y por primera vez apareció una "Ley de Inteligencia Artificial". China, que ya ha introducido legislación sobre IA generativa poco después del éxito de ChatGPT, ganará con esta norma aún más control sobre cómo la IA afecta la vida cotidiana con esta nueva ley.
Sin embargo, no se espera que la "Ley de AI" china esté terminada pronto debido a la complejidad de abordar la IA en su conjunto. Además, se anticipa que el gobierno chino indique a las empresas de IA qué áreas deben evitar a menos que tengan aprobación gubernamental explícita. También podrían desarrollarse métodos para evaluar modelos de IA y se espera cierta flexibilidad en cuanto a derechos de autor relacionados con IA.
Con inversiones sustanciales y un enfoque en la creación de estándares nacionales e internacionales, el país asiático busca fortalecer su competitividad e innovación en la industria de Ia. Estas iniciativas no solo tendrán un impacto significativo en el desarrollo tecnológico de China, sino que también influirán en la dinámica global de la inteligencia artificial.
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