A principios del mes de diciembre, el Consejo, la Comisión y el Parlamento Europeo alcanzaban un acuerdo en materia de inteligencia artificial dando lugar a la nueva AI Act. Una norma con la que se pretende regular uno de los avances tecnológicos más disruptivos y que tendrá mayor impacto en las compañías, en la economía y, también, en la sociedad en su conjunto.
El objetivo no es otro que asegurar que la tecnología esté al servicio de las personas y no al revés. Es decir, crear un marco legal que asegure la protección de los derechos fundamentales de los ciudadanos, que sea seguro y fomente la inversión e innovación, estableciendo un modelo a seguir en Europa, como ya ocurrió previamente con el Reglamento de Protección de Datos.
La regulación de la IA se convierte así en una oportunidad en sí misma para garantizar un futuro en el que la tecnología apoye y favorezca el bien común
La regulación de la IA se convierte así en una oportunidad en sí misma para garantizar un futuro en el que la tecnología apoye y favorezca el bien común. De hecho, la aprobación de la AI Act marca un paso significativo para Europa en el escenario global de la tecnología, erigiéndose como una ventana de oportunidad para que Europa lidere el desarrollo y aplicación de la inteligencia artificial a nivel mundial. Este acuerdo representa un equilibrio crucial entre el fomento de la innovación y la protección de los derechos ciudadanos.
Gracias a ella, se delimitan los riesgos potenciales que podrían surgir de un uso irresponsable de la tecnología, priorizando siempre el bienestar de los ciudadanos. Sin embargo, es fundamental enfatizar que cualquier marco legislativo debe centrarse en los posibles beneficios y aplicaciones de la tecnología, más que en restringir su potencial. Por ello, desde AMETIC, la voz de la Industria Digital en España, abogamos por un enfoque equilibrado que fomente la innovación responsable, al tiempo que establezca salvaguardas necesarias para proteger los derechos y la seguridad de los ciudadanos europeos.
Además, esta regulación representa un punto crítico para el crecimiento de la industria y de la sociedad española, por lo que debemos expresar nuestra preocupación por los rigurosos requisitos que esta regulación impone a los desarrolladores y usuarios de la IA, así como los recursos necesarios para su cumplimiento. Tanto es así que podrían convertirse en una barrera inalcanzable para ciertos colectivos, especialmente para las pymes, empresas que son un motor clave para la creación de nuevos puestos de trabajo en nuestro país, representando una parte significativa del empleo. Por ello, es importante ser conscientes de la necesidad urgente de entornos de prueba, como los Sandbox IA, que faciliten la adaptación de las soluciones de inteligencia artificial a las demandas del nuevo reglamento.
En este sentido, se debe mantener un diálogo activo con el sector tecnológico a lo largo del proceso de formulación y desarrollo de estas regulaciones, especialmente, esta conversación con la industria es fundamental para garantizar que estas normativas reflejen de manera precisa y práctica la realidad de la industria, permitiendo así mejorar su efectividad y aplicabilidad.
"La operativización de la ley requerirá la implementación de no menos de 10 estándares nuevos"
Por otro lado, no debemos olvidar que la operativización de la ley requerirá la implementación de no menos de 10 estándares nuevos relacionados con la gestión de riesgos, transparencia, explicabilidad, supervisión humana o ciberseguridad, entre otros. Gracias a ellos, se moldeará el panorama de la inteligencia artificial en Europa y, por ende, en España, y su integración efectiva será fundamental para garantizar un desarrollo ético y responsable en este campo en rápido avance.
Por nuestra parte, y en sintonía con este enfoque, queremos reafirmar nuestro compromiso y disposición para colaborar activamente en todos los espacios de discusión, grupos de trabajo y foros que contribuyan a una comprensión más profunda de los desafíos y posibilidades que la inteligencia artificial plantea. Creemos firmemente en la importancia de involucrar a la industria tecnológica y digital en estos procesos, aportando experiencia y conocimiento para orientar las futuras adaptaciones del reglamento. Esta colaboración activa y constructiva es fundamental para garantizar que la regulación sea efectiva, realista y adaptable a las necesidades cambiantes de un mundo cada vez más impulsado por la IA.
Asimismo, alentamos a los responsables políticos a buscar un equilibrio adecuado en el texto definitivo de la AI Act, considerando tanto los intereses de los ciudadanos como las necesidades y potencialidades de la industria tecnológica, puesto que es crucial mantener un enfoque coordinado a nivel internacional que no sólo garantice la protección de los derechos ciudadanos, sino que también fomente un ambiente propicio para la innovación y el desarrollo tecnológico. No debemos olvidar que este equilibrio es esencial para impulsar un marco regulatorio que nos proteja y que estimule también el avance de la inteligencia artificial.
Autor: Luis Pardo, director general de AMETIC