Este bloqueo se enmarca en un contexto de creciente control estatal sobre internet en Vietnam, un régimen unipartidista que ya ha presionado a otras plataformas como TikTok y Facebook para eliminar contenido crítico o considerado peligroso para la seguridad nacional. Las nuevas regulaciones exigen a las redes sociales verificar la identidad de los usuarios y retirar material antiestatal, medidas que organizaciones internacionales califican de represivas y según datos oficiales, el 68% de los 9.600 canales y grupos de Telegram analizados en el país incumplían las leyes locales y muchos de ellos estaban creados por “fuerzas reaccionarias” para difundir información contraria al régimen.
Bloqueo en 30 países
La medida de Vietnam no es un caso aislado. Desde 2015, Telegram ha sido bloqueada en más de 30 países, en muchos casos por su cifrado de extremo a extremo que dificulta la vigilancia estatal y por la negativa de la plataforma a compartir datos de usuarios con las autoridades. Entre los países que han restringido el acceso a Telegram se encuentran:
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China: Bloquea Telegram desde 2015 para evitar la difusión de críticas al gobierno y la organización de protestas.
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Irán: Bloqueó la aplicación en 2018 tras su uso en movimientos opositores y por supuestas actividades terroristas.
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Pakistán: Ha impuesto bloqueos temporales por motivos de seguridad nacional y para prevenir la difusión de contenido peligroso.
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Tailandia: Restringió el acceso durante protestas antigubernamentales en 2020, para evitar la coordinación de manifestantes.
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Cuba: Bloqueó la plataforma durante protestas en 2021, limitando la organización y difusión de información contraria al régimen.
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España: En 2024, un juez ordenó el bloqueo cautelar de Telegram tras denuncias de empresas de comunicación por la difusión no autorizada de contenidos protegidos por derechos de autor.
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Brasil: Un tribunal ordenó el bloqueo de Telegram en 2022 por la difusión de contenido neonazi y antisemita, y por no cooperar con las autoridades.
Otros países como India, Indonesia, Azerbaiyán, Irak, Baréin, Rusia y Bielorrusia han implementado bloqueos temporales o parciales, generalmente en respuesta a protestas, preocupaciones de seguridad o la difusión de contenido ilegal.
Telegram responde
En todos estos casos, la justificación principal es la necesidad de proteger la seguridad nacional, prevenir delitos, controlar la información o evitar la difusión de contenido considerado peligroso o desestabilizador. Sin embargo, organizaciones de derechos digitales advierten que estas medidas suelen tener un impacto negativo en la libertad de expresión y el acceso a la información.
Telegram, por su parte, asegura haber respondido “oportunamente” a los requerimientos legales en Vietnam y mantiene una política de “tolerancia cero” hacia el contenido ilegal, bloqueando millones de canales y grupos cada año por incumplir sus políticas de uso. La plataforma también ha reforzado sus sistemas de moderación y colaboración con autoridades internacionales para combatir la explotación sexual infantil y el terrorismo.