Prueba HTC Desire C. Existe y se debe tener muy en cuenta. Hablamos de la gama media, de esa que consumen la mayoría de los mortales y sobre la cual necesitan información. Esa que, a raíz de los cambios en la política de subvenciones de los operadores, ha aumentado considerablemente su volumen de ventas y que resta disgustos a los fabricantes. Esa que, en definitiva, hará las veces de SEAT o de Renault, porque aunque nos gustaría, no todos llevamos Ferrari. Y en ese segmento hay fabricantes con fuertes razones, uno de ellos, HTC.
Dejando aparte el magnífico trabajo que el taiwanés ha realizado en los últimos meses en cuanto a diseño, innovación e imagen en su gama ONE o con el muy musical Sensation XL, hay que hablar de un pequeño móvil (10,7 x 6 x 1,2), muy ligero (98 gr.) de diseño tradicional pero cuidado, ya que, una vez más, HTC sorprende en cuanto a materiales, tacto y detalles.
Realmente, si nos fijamos en las especificaciones, nos asombra ver como
características que no hace dos años nos parecían abrumadoras, ahora se implementan en teléfonos que rondan los 200 euros y que no sólo nos dan las prestaciones que nos daban entonces, sino que mejora sustancialmente el software, como ocurren en este caso en que un procesador Qualcomm Snapdragon a 600 MHz mueve un sistema operativo Android Ice Cream Sándwich (4.0), lo último, con interfaz de usuario Sense 4 (propia de la marca).
Ice Cream Sándwich
¿Y como lo vemos y lo manejamos? Pues en una pantalla multitáctil capacitiva (se mueve con el dedo) de 3,5” y 320 x 480 píxeles de resolución, que no es lo máximo en cuanto a ángulos de visión o reflejo, no lleva un cristal resistente, pero que nos permite interactuar de forma correcta, efectiva y fluida.
Bajo la misma, los controles táctiles propios de Android pero con la funcionalidad que le otorga en el nuevo sistema operativo; es decir a la izquierda la imprescindible tecla de retorno que te ayuda a navegar y te saca de todos lo atolladeros; en el centro la vía rápida hacia la pantalla principal y a la derecha un gestor de aplicaciones recientes que facilita la multitarea, ya que desde allí siempre podemos cambiar con un solo toque entre aplicaciones activas de la que vemos el nombre, su icono y la última pantalla utilizada.
Hay que recordar que todos los teléfonos Android tienen diferentes vistas principales y que cada una de ellas es personalizable; pero algo ha cambiado a este respecto; algo que le sonará a los usuarios de tabletas con Honeycomb: si mantenemos pulsada la pantalla principal, veremos una miniatura de las diferentes vistas y debajo una cuadrícula de widgets, aplicaciones o accesos directos, según la pestaña que tengamos abierta y que vemos en la zona inferior de la pantalla. Pues bien, seleccionando una vista y sólo pulsando sobre un icono, éste ‘vuela’ hasta la pantalla elegida y se abre directamente.
Máxima conectividad
¿Y qué mueve todo esto? Pues resulta asombroso pensar que lo que hace menos de un año nos parecía el no va más, ahora venga implementado en un móvil de menos de 200 euros. Procesador Qualcomm Snapdragon a 600 MHz, batería de 1.230 mAh, y una conectividad de máximo nivel, ya que hablamos de un dispositivo HSDPA a 7 Mbps en descarga que además lleva acceso inalámbrico WiFi a/b/c/n y actúa como Hot Spot para otros dispositivos de nuestro entorno que necesiten conectarse. Además, presume de Bluetooth 4.0 estéreo, NFC open (no en todos los modelos), cable microUSB, sensores de movimiento y proximidad. Cosas que nos permite sacar el máximo partido de las cuatro características principales de este Desire C: la cámara de 5 Mpx con autofocus (no lleva flash) y geoetiquetado (se posiciona a través de A-GPS), el sonido optimizado de Beats Audio (los cascos que acompañan el terminal son convencionales), la descarga de aplicaciones y el acceso a las redes sociales. Todo lo cual, además, da sentido a una revolución en terminales de esta gama dentro de HTC: una capacidad de memoria de 4 GB, tarjeta externa Micro SD y espacio de almacenamiento en la nube de 25 GB en Dropbox.
Es decir, tenemos en nuestras manos un móvil, perdón, smartphone, Dacia Logan: te da lo que todos (conectividad, posicionamiento, potencia, imagen, música, contacto, etc.) pero a un buen precio.
Por cierto: se puede hablar sin cortes, los mensajes van encadenados, lleva todos los servicios de Google porque es un dispositivo Experience y todo aquello que necesitemos lo podemos bajar e instalar desde Google Play... sí, Whatsapp también.