Dicen sus creadores que ahora podremos invitar a casa a nuestros personajes favoritos, hablar con ellos e incluso tocarlos. Aseguran que su humanoide va un paso más allá de la robótica e incluso del concepto de realidad aumentada al que ahora podemos acceder desde cualquier smartphone de última generación; ya que “U-Tsu-Shi-O-Mi aporta un nuevo concepto hasta ahora incompatible con el mundo virtual: el de intimidad”.
Por eso, aquel producto que vimos por primera vez, casi como concepto, en Asiagraph 2007, en Tokio, en el stand de NTT Do Co Mo Labs, ahora dotado de movimientos y casi casi de sentimientos, inicia su andadura con los ojos puestos en el mundo de los videojuegos, la información, la telemedicina o como ejecutivo virtual.
El desarrollo de avatares
Ya en 2010, un miembro de la VTT finlandesa en una presentación del Proyecto Demola de la Universidad de Tampere explicaba cómo llegaría un momento en que serían nuestros avatares quienes vivirían por nosotros una vida virtual social o profesional, quienes atenderían nuestras llamadas o asistirían a reuniones o consejos en los que estaríamos presentes sin necesidad de desplazarnos y ya en aquel momento se trabajaba en la creación de ‘otros yos’ a quienes se dotaba de facciones y movimientos reconocibles. Hoy, aquel grupo de trabajo continúa su camino desarrollando la idea ‘Deep Avatars, Simple Robots’, cuyo fin es crear otros U-Tsu-Shi-O-Mi económicos mediante impresión 3D para utilizarlos como auxiliares de vida.
Por su parte, el ECIT irlandés (The Institute of Electronics, Communications and Information Technology), con los estudiantes de la universidad de Queens, trabaja hace unos años en la educación de avatares para que, mediante un sistema de renderización, aprendan a manifestar emociones y sentimientos; de forma que un ser humano que interactúe con ellos reconozca en los movimientos de sus facciones o expresión de sus ojos sentimientos, reacciones y emociones.
También en España, por iniciativa privada, la empresa catalana Narada Robotics diseña en 3D asistentes virtuales a los que aporta cuatro desarrollos: gestualidad realizada mediante ‘face motion tracking’; un complejo sistema de reconocimiento de voz; un módulo de inteligencia artificial encargado de interpretar el lenguaje y otro de síntesis de voz que ‘otorga’ al ser virtual la capacidad de hablar y, por tanto, de responder a las preguntas.
Así, vemos como al muñeco verde que creo el profesor Shoji para NTT Do Co Mo, el cual, conectado a un servidor, esconde un sistema de movimientos robóticos que le permiten levantar las manos, girar la cabeza o desplazar el torso y con el cual podemos hablar al interponer un sistema de realidad virtual montado en un casco, unas gafas o un móvil, tiene mucho que ofrecer porque el formato de interacción 3D en otros países está ya muy avanzado y será cuestión de meses que unos proyectos y otros se encuentren o que una gran multinacional los haga suyos para lanzar masivamente un amigo, compañero, socio, asistente o amante tan real como virtual.
Si (
No(
