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La televisión que no se mueve III

miércoles 22 de octubre de 2014, 13:04h

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Pero ¿le interesa esto a los operadores móviles?

Paralelamente al panorama que hemos presentado, las redes de telefonía celular aumentan día a día su ancho de banda, optimizan su modulación e incluso reutilizan frecuencias que quedan libres (900 Mhz) y que ofrecen un mayor rendimiento y alcance. Las empresas de I+D+i que lideran el sector, como Qualcomm, Huawei, Nortel, Ericsson, Alcatel-Lucent, Nokia-Siemens hablan de tecnologías presentes y futuras, de evolución, de continuidad, de LTE, de OFDM, IMS/A-IMS o, lo que es lo mismo, de anchos de banda de hasta 100 Mbps en movimiento; con una modulación más eficiente que permite enviar más códigos en una sola unidad de transmisión lo cual repercute en la gestión del espectro y del tiempo; y con una plataforma que permitirá la creación de nuevos servicios y aplicaciones. Con todo ello, los operadores celulares o móviles, sin contar con nadie más, pueden montar, o habría que decir mejorar, su parrilla de programación, crear sus bancos de streaming (descargas) y ofrecer a los usuarios un auténtico sistema de televisión en movilidad para el cual requieren inversiones mucho menores y, en cualquier caso, necesarias para su propio negocio. Se podrían utilizar los mismos terminales homologados para telefonía y el pastel sería, salvo o incluso por el contenido, totalmente suyo. Al fin y al cabo, su modelo predilecto de difusión de contenido es aquel que produce interactividad y, por lo tanto, tráfico. A fuer de ser francos, hay que reconocer que la tecnología de la que hemos venido hablando, si bien es posible que ofrezca mayor calidad de imagen, no está pensada para los operadores móviles. Aún quedaría un último problema un tanto farragoso, el sistema de emisión, ya que, al ser unicast (punto a punto) podría no haber suficiente ancho de banda para todos. Pero la solución que se vislumbra podría ser la emisión multicast (emisión que se puede enviar simultáneamente a diversos receptores interesados y que se puede replicar cuando sea necesario para todos aquellos que lo soliciten, lo cual permite tanto la conexión en directo como el streaming) y la tecnología que lo hace posible también la hemos visto en Barcelona, en las pruebas de MBMS (Multimedia Broadcats & Multicast Sistem) realizadas conjuntamente por Qualcomm y Huawei. Hay que apuntar, también, que ya se han visto en Barcelona soluciones en las cuales el botón navegador de los teléfonos o su teclado alfanumérico cumplen la misión de mando y, por tanto, cambian de canal con una pulsación. Por otra parte, el aumento de la banda y el desarrollo de otras tecnologías inalámbricas pudiera llevar, en breve, a la posibilidad de conectarse a la televisión IP como si se hiciera desde un ordenador; a lo cual hay que sumar el aumento en la capacidad de almacenamiento, por que hoy es una realidad la descarga en los terminales móviles, a través de software popular, de películas enteras que se pueden almacenar en las tarjetas de memoria (una película ocupa de media unos 700MB) para que estén a nuestra disposición en cualquier momento.

Decidirá el usuario La decisión final queda en manos del usuario. Hay quien dice que allá donde ya funciona la televisión en movilidad los clientes se conectan del mismo modo que lo hacen en casa o en el coche con la radio. La encienden impulsivamente, la dejan funcionar, la escuchan y sólo atienden cuando algo les resulta llamativo. También es posible que cojamos un autobús y no queramos ver lo que ‘echen’ sino descargar el telediario al que no hemos llegado o el capítulo de la serie que nos hemos perdido. Sin embargo, hay otro sin fin de posibilidades, dejemos correr la imaginación.

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